Por JUAN T H
Señor,
usted no construyó una fábrica de presidentes, como ha dicho; usted creó una
fábrica de ladrones; gente, como usted, que llegó al poder sin un centavo,
proveniente de la clase media baja, y de
repente es considerado uno de los hombres más ricos y poderosos, no solo del
país, sino del Centro América y el Caribe. Tanto dinero tiene usted, que puede
patrocinar campañas electorales en Haití, Panamá y Perú, entre otros países.
Señor,
usted convirtió el país en un paraíso para el narcotráfico, la evasión de
impuestos, el contrabando y las mafias que operaban desde la propia casa de
gobierno. Fue usted, Señor, quién le otorgó más de cinco mil millones de
dólares en obras del Estado al principal narcotraficante de heroínas del país,
según consta en una sentencia de la Suprema Corte de Justicia. Fue usted,
Señor, quién patrocinó, vía el Banco de Reservas, al español Arturo del Tiempo
Marqués, preso en España después de once contrabando de cocaína.
Señor,
fue usted quién convirtió el país en el más corrupto y el menos transparente
del mundo, según estableció el Foro Económico Mundial.
Señor,
usted, ni sus más cercanos colaboradores pueden justificar sus fortunas. Si el
Ministerio Público, que acaba de reconocer su incapacidad para condenar a los
ladrones de los recursos del Estado, aplicara el artículo 146 de la de la
Constitución, que invierte el fardo de la prueba, usted estaría sometido a la justicia con
todas las probabilidades de ser condenado con la pena máxima. (Habría que hacer
una cárcel modelo para usted y su pandilla)
Señor,
solo hay que leer el libro de Jaime Aristy Escuder, El caso de la Sun Land,
perfectamente documentado, de cómo se robaron 130 millones de dólares, violando
la Constitución, como lo dijo la propia Suprema Corte de Justicia. (Todavía,
Señor, nadie, ni siquiera usted, ha dicho como fue que 130 millones de dólares
terminaron en los bolsillos de particulares. Solo sabemos, Señor, que una
familia, la más poderosa de la nación desde hace 200
años, cubrió el hoyo a cambio de medio millón de metros cuadrado en el Puerto
de Sans Souci, con todo y Marina de Guerra.
Señor,
¿no fue usted quién dijo en Nueva York tener más de 40 mil millones de pesos
para imponer un presidente en el proceso electoral pasado? ¿No fue usted Señor,
quién además de esa fortuna, que no salió de sus bolsillos, dijo disponer de
asfalto proveniente de Venezuela y de cientos de millones de raciones de
alimento de los Comedores Económicos para alimentar a los muertos de hambre
para que no votaran por el candidato Hipólito Mejía? ¿No fue usted, mi querido
Señor, el responsable del déficits fiscal de 200 mil millones de pesos que
ahora estamos pagando todos los dominicanos porque Danilo aplicó el borrón y
cuenta nueva?
Señor,
¿no recuerda usted los 200 y tantos casos de corrupción denunciados durante sus
gobiernos sin que ninguno fuera investigado? Señor, ¿no fue usted quién dijo
que Félix Bautista era como su hijo? ¿Acaso no es uno de sus hombres de más
confianza que suele decir, borracho, que es el quinto hombre más rico del país?
Señor,
¿olvida usted que la corrupción le costó al país, durante sus gobiernos,
alrededor de 800 mil millones de pesos, según el Banco Interamericano de
Desarrollo? Señor, ¿no fue usted quién elevó la deuda externa de 9 a 26 mil millones de dólares?
Señor,
usted me perdona, pero no creo que la
fábrica de ladrones que usted creo dure hasta el 2036 saqueando el país. El Estado que es el botín, terminará sin nada
que robarle para esa fecha fatal.
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