Por: Rafael González Núñez (Rafelin)
En la política contemporánea todavía existen líderes que siguen aplicando, casi de manera literal, las viejas fórmulas de Las 48 leyes del poder de Robert Greene. Creen que para mantenerse en la cima deben controlar, manipular, aplastar la opinión distinta y, sobre todo, impedir que alguien de su equipo brille más que ellos.