POLITICA
Según Mejía la consecuencia de la
crisis del PRD es “la ausencia de una oposición vigorosa que acompañe a los
ciudadanos en la lucha por sus reivindicaciones y que sirva de contrapeso a un
partido que controla todos los poderes del Estado”.
SANTO DOMINGO, República Dominicana.-
El ex presidente Hipólito Mejía dijo que pese a los obstáculos para la unidad
del Partido Revolucionario Dominicano se siente dispuesto a labrar el trayecto
de la unidad, con miras a conformar una oposición digna al Partido de la
Liberación Dominicana.
Explicó que el mandato de Miguel Vargas
Maldonado como presidente del PRD concluye hoy, 19 de julio del 2013, como
quedó establecido en la convención que lo escogió y como registró la Junta
Central Electoral.
“Por esa razón, reitero mi reclamo de
que sea convocado el Comité Ejecutivo Nacional de manera consensuada para
decidir la fecha y todos los aspectos relativos a la organización de la
Convención Nacional Ordinaria que deberá elegir las nuevas autoridades del
partido”, dice Hipólito Mejía.
Dice que la crisis del PRD tiene su
origen en el acuerdo firmado por Leonel Fernández y Miguel Vargas el 15 de mayo
del 2009, llamado el acuerdo de las corbatas azules, para debilitar al PRD y
perpetuar en el poder al PLD.
A continuación la proclama de Hipólito
Mejía sobre la conclusión del mandato de Miguel Vargas como presidente del PRD:
Pueblo dominicano:
Me dirijo al país en un momento en que
los dominicanos y las dominicanas estamos profundamente preocupados por los
grandes problemas que nos afectan.
Consciente de que la mayoría de
nosotros está hastiada de los problemas internos que sacuden al Partido
Revolucionario Dominicano, pido la comprensión de todos para fijar públicamente
mi posición sobre las causas de esta crisis y explicar las consecuencias que
tendría para el país su agravamiento.
Estoy convencido de que la crisis
interna que vive el PRD impacta a toda la sociedad debido al rol que juegan los
partidos políticos en la paz social, en el sostenimiento de nuestra democracia
y en la gobernabilidad.
La crisis interna que hoy vive el
Partido Revolucionario Dominicano se expresa de manera concreta en la
celebración de una Convención Nacional Ordinaria, según lo establecen los
Estatutos; un componente vital de ese proceso lo constituye la celebración de
una reunión del Comité Ejecutivo Nacional.
Ahora bien, esa crisis tiene unos
antecedentes y unas consecuencias que quiero explicar.
Veamos los antecedentes de esta crisis.
Hace cuatro años, el Ingeniero Miguel
Vargas pidió mi intervención para que el entonces presidente del PRD, Ingeniero
Ramón Alburquerque, concluyera su mandato de cuatro años el 17 de julio de
2009, según establecen los estatutos.
Es justo destacar que el Ingeniero
Ramón Alburquerque siempre manifestó su disposición de cumplir con el
mandato estatutario, como en efecto lo hizo.
Fue en ese contexto que la reunión del
Comité Ejecutivo Nacional del 15 de febrero de 2009, que convocó la convención
que eligió a Miguel Vargas Maldonado como Presidente del PRD, estableció en su
resolución de convocatoria lo siguiente: “si por alguna razón la Convención
Nacional Ordinaria no se celebrare en la fecha antes indicada, el actual
mandato de la dirección nacional cesa el 17 de julio de 2009” .
Coherente con esa posición,
asumida hace cuatro años, he insistido con el actual presidente del partido que
cumpla con las resoluciones de la Junta Central Electoral y nuestras normas
estatutarias, las cuales establecen el término de su mandato para el 19 de
julio de 2013.
Por esa razón, reitero mi reclamo de
que sea convocado el Comité Ejecutivo Nacional de manera consensuada para
decidir la fecha y todos los aspectos relativos a la organización de la
Convención Nacional Ordinaria que deberá elegir las nuevas autoridades del
partido.
La crisis interna del PRD tiene su
origen en los acuerdos a los que se comprometieron Miguel Vargas y el entonces Presidente Leonel Fernández,
el 15 de mayo de 2009, en el acuerdo conocido como el “pacto de las corbatas
azules”, con el fin de debilitar al PRD y perpetuar en el poder a la
corporación PLD a través de un régimen de partido único.
Ese pacto fue un golpe mortal a la
institucionalidad y a la democracia dominicana y entre sus más funestas
consecuencias concentró el control de los principales estamentos del Estado en
manos de Leonel Fernández y del partido de gobierno;
el control del Poder Judicial para
garantizarse la impunidad; del Congreso Nacional para que no haya fiscalización
del uso de los recursos del Estado; de la Junta Central Electoral para poder
propiciar un proceso electoral corrompido; de la Cámara de Cuentas para manejar
este instrumento de control del Estado a su conveniencia; y, además, asumir el
control de los partidos políticos minoritarios a través del uso del presupuesto
nacional y las prebendas.
Como consecuencia de lo
anterior tenemos la siguiente situación:
1. La ausencia de una oposición
vigorosa que acompañe a los ciudadanos en la lucha por sus reivindicaciones y
que sirva de contrapeso a un partido que controla todos los poderes del Estado.
2. La audacia y los altos niveles de la
delincuencia, la falta de empleo, y el alto costo de la vida, que tienen un
impacto negativo sobre nuestra calidad de vida.
3. La legitimación de las acciones del
gobierno apartadas de las políticas públicas, que reclaman los diferentes
sectores de la sociedad, a fin de garantizar la calidad del gasto público.
y, 4. La ausencia de una voluntad
política para enfrentar desde el gobierno la corrupción y la impunidad, tanto
en el sector público como en el sector privado.
Es en ese contexto que se enmarca la
pretensión de Miguel Vargas Maldonado de permanecer en el puesto de presidente
del PRD más allá del 19 de julio del año en curso, en beneficio de un reducido
grupo. En caso de materializarse ese hecho, se sentaría un precedente altamente
dañino para el sistema de partidos y para la democracia dominicana.
Pueblo dominicano, compañeros.
Convencido de que el diálogo es
la mejor forma de solucionar conflictos, como ha sido tradición en el PRD, he
hecho un esfuerzo sincero para que con la ayuda de mediadores creíbles se
llegara a una solución razonable a la crisis de nuestro partido.
Reitero que estoy y estaré siempre
abierto al diálogo.
Ahora bien, coherente con mi compromiso
inquebrantable, reitero la decisión de defender la libertad y la democracia,
tanto a lo interno del partido como en el país.
En consecuencia, asumo
públicamente lo siguiente:
Enfrentar junto a la mayoría de los
perredeistas y la sociedad dominicana las pretensiones de Miguel Vargas y
Leonel Fernández, en su pacto, lo que es una amenaza para la integridad e
independencia del PRD, del sistema de partidos y agrupaciones políticas, y del
país.
Exigir respeto a nuestra Constitución,
las Leyes, Estatutos y Reglamentos que norman la vida de la sociedad
dominicana.
Llamar a la familia perredeista, a la
militancia de todos los partidos y agrupaciones políticas, a la sociedad civil y
a los ciudadanos independientes, a unir voluntades para reclamar juntos el
respeto a la Constitución, las Leyes, y los Estatutos que garantizan la
transparencia y la democracia.
Combatir en cualquier escenario a los
pichones de dictador, dentro y fuera del PRD.
Con esta convocatoria, apelo a todos
los sectores del país para que enfrentemos en cualquier escenario a quienes
pretenden establecer una dictadura constitucional en detrimento de los avances
y logros que hemos obtenido con el sacrificio y el coraje de hombres y mujeres
que lo han dado todo por la libertad y la democracia en la República Dominicana.
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