"A Juan Bosch hay que desgarrapatizarlo, pero no
de comunistas; hay que desgarrapatizarlo de Leonel, de leonelistas… y de las
demás yerbas”
Ing. Nemen Hazim
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La historia no puede llevar dos hombres tan opuestos,
tan diferentes... tan encontrados, al mismo lugar. O Juan Bosch es un charlatán
y un sinvergüenza, o lo es Leonel Fernández.
Quien escribe, como dueño absoluto de estas palabras,
tiene su opinión: el charlatán, sinvergüenza, corrupto, indolente y cínico lo
es Leonel Fernández; no se puede seguir permitiendo a los corruptos del PLD el
uso de la figura de Juan Bosch, "el moralista problemático", como lo
definiera Andrés L. Mateo. No se puede ser ladrón y boschista al mismo tiempo;
tampoco boschista y sinvergüenza; menos indolente y boschista... y mucho menos
boschista y descarado.
Por un lado Juan Bosch y sus principios, postulados,
comportamientos, actitudes y posiciones, y por el otro la falsedad, la actuación,
la corrupción y la inmoralidad. Saque el lector sus conclusiones.
“Los hombres y las mujeres que tienen calidad humana le sirven al pueblo sin esperar de él ni siquiera gratitud, porque no debe pedírsele a la madre que le agradezca al hijo lo que éste haga por ella” (Juan Bosch).
.- Leonel Fernández y sus acólitos le dijeron
malagradecido al pueblo dominicano por no reconocer su “majestuosa” obra del
“Nueva York chiquito”: el de las drogas, el de los asesinatos, el de los capos
y bandas, el de las villas miserias, el de las más de 20 provincias que se
mueren de hambre… No podía esperarse otra reacción de megalómanos, resentidos
sociales y engreídos a quienes la calidad humana les pasó por el lado sin
saberlo, no así los autos de lujos, aviones, fortunas y demás propiedades bien
hurtadas y mal habidas.
***
"Pongamos todos juntos el alma en la
tarea de acabar con el odio entre los dominicanos como se acaba con la mala
yerba en el campo que va a ser sembrado; pongamos todos juntos el alma en la
tarea de edificar un régimen que dé amparo a los que nunca lo tuvieron, que dé
trabajo a los que buscan sin hallarlo, que dé tierras a los campesinos que la
necesitan, que dé seguridad a los que aquí nacen y a todos los que erran por el
mundo en pos de abrigo contra la miseria y la persecución" (Juan Bosch).
.- Ni Balaguer fue capaz de generar tanto odio entre
los dominicanos; siendo un asesino y un indolente, hizo vida pública y gobernó
con austeridad, pero una austeridad que partía de su propia forma de vida… como
debe ser. Leonel Fernández y sus perversos colaboradores exprimieron la nación
con las actividades corruptas en las que incurrieron, robando al erario, en 12
años, 800 mil millones de pesos, equivalentes a unos 20 mil millones de dólares
o a unos 15 mil millones de euros. Los desamparados siguen sin ese régimen que
alude Juan Bosch; los parados continúan buscando trabajo sin hallarlo, salvo
que se sometan a los nuevos parámetros de esclavitud establecidos en la
República Dominicana: empleos de más de 100 horas a la semana con paga de menos
de 7 mil pesos al mes (170 dólares o 130 euros). Basta con observar los
trabajadores de esos hoteles “todo incluido”, que han hecho multimillonarios a
inversionistas locales y extranjeros (y todo incluido es todo; algunos tienen
que brindar sexo a turistas degenerados, que se constituyen en la mayoría de
quienes nos visitan); los “Car Wash”, antros de perdición que sustraen de los
campos las más bellas mujeres dominicanas y las convierten en prostitutas de
nueva cuña; las trabajadoras domésticas, maltratadas y “devaluadas”, tratadas
como platos desechables por una gran cantidad de los nuevos ricos provenientes
de la baja pequeña burguesía; guardias de seguridad, que empeñan sus vidas por
miserables salarios, en horarios en los que en ocasiones ni duermen; …; y los obreros
de la construcción, haitianos haitianos y haitianos dominicanos, seres humanos
iguales o mejores que nosotros, tratados como animales por ingenieros y
supervisores que sólo buscan moler sus vidas a cambio de maximizar ganancias.
Todos “los que erran por el mundo en pos de abrigo contra la miseria…” siguen,
gracias al arquitecto del “Nueva York chiquito”, “errando” como Johnny Walker,
lógicamente sin el placer que esta exquisita bebida brinda a quienes tienen “el
gusto” de consumirla. En sus doce años (¡qué casualidad, doce años, igual que
el “otro”!), “los que erran por el mundo” sumaron medio millón, llevando a tan
sacrificados y sufridos dominicanos a una cifra que supera en la actualidad los
2 millones. Esos que “erran por el mundo” se han convertido en el principal
producto de exportación: generan divisas por encima de los 5 mil millones al
año… ¡y contando!
***
“Si no puedo ver por mí mismo la
liberación de este pueblo, la veré a través de mis ideas” (Juan Bosch).
.- ¡Cuántos de nosotros llegamos a pensar eso mismo!
Pero Leonel Fernández y sus corruptos se encargaron de enterrar, no sólo la
figura de Juan Bosch; además, sus ideas… y sin ellas jamás verá nuestra
generación, ni la que nos sigue, la liberación del pueblo dominicano. Es ardua
tarea que corresponde a la juventud la de rescatar sus enseñanzas y dejar de
lado las mezquindades, mediocridades y apetencias personales e ir creando un
liderazgo comprometido, inmaculado, que plantee la principalía de la patria y
los valores morales y éticos por encima de todo lo demás.
***
"Nuestra aspiración es que un día,
cuando los niños que están empezando hoy a hablar sean hombres viejos y de
nosotros no quede si no una cruz sobre una tumba, esos viejos les digan a sus
hijos que el compañero Juan vivió y murió pensando cada hora de cada día en
servir a su pueblo" (Juan Bosch).
.- ¡Qué difícil encomienda! Si para el proceso
reeleccionista del 2008 sus mejores discípulos, ¡que de discípulos no tienen un
carajo!, lo calumniaron y lo empequeñecieron, ¿qué puede esperarse de los
detractores, gratuitos e ignorantes, que históricamente se han encargado de
manchar su nombre? Plantear que Juan Bosch combatió la reelección por
coyunturas, y no por principios, constituye una inmoralidad, una mediocridad y
una falta de respeto a su persona y a lo que fue su lucha contra el
continuismo. Juan Bosch no fue hombre de coyunturas, siempre fue fiel a sus
principios. Si hubiese sido un hombre de coyunturas, como quisieron presentarlo
algunos de sus “discípulos”, hubiese sido presidente de la República Dominicana
en innumerables ocasiones. Tras su elección como presidente el 20 de diciembre
del 1962, Juan Bosch impulsó una reforma constitucional, la más democrática y
avanzada que ha tenido el país (mucho más que la del Cantinflas dominicano), en
la que se consignó la prohibición de la reelección presidencial, convirtiéndose
en un precepto invariable en toda su trayectoria política. Los serviles que
seguían (y siguen) ciegamente a Leonel Fernández, en su afán reeleccionista,
asumieron posiciones vacías, sin fundamentos… simplistas, a tal punto que
arrastraron su amor propio poniendo bajo cuestionamiento su intelecto. Sólo
generaron respuestas torpes, sin base científica, tales como: “no es bueno
cambiar el caballo cuando se cruza el río” (de Balaguer), “hay que votar por el
que puede ganar”, “yo no invento”, etc. Muy por el contrario a las aspiraciones
del profesor Bosch, Leonel Fernández y sus viles colaboradores aspirarán a ser
recordados como aquellos que no desperdiciaron un segundo en la vida de cada
quien para servirse del pueblo dominicano.
***
“Nadie se muere de verdad si queda en el
mundo quien respete su memoria” (Juan Bosch).
.- Por suerte, en el mundo, y muy desperdigados, habemos unos cuantos que nunca, y bajo ninguna circunstancia, dejaremos de respetar la memoria de Juan Bosch. Aún más; habemos algunos que, mientras la vida nos acompañe, no cesaremos en enaltecer su nombre, símbolo de compromiso y honestidad al servicio de un pueblo; símbolo de patriotismo y entrega; símbolo de entereza y responsabilidad… símbolo de grandeza. Leonel Fernández y sus secuaces están trillando el camino de la envidia y la mezquindad, “virtudes” con las que pretenden enterrar a Juan Bosch y borrar prédica y ejecución, tal y como han hecho con lo que él consideró su obra más importante: el Partido de la Liberación Dominicana, misma que han convertido en una pocilga, y no llena de cerdos sino, llena de ladrones, corruptos e indolentes a quienes les importa un carajo burlarse del pueblo dominicano en su propia cara.
***
“Hay personas que creen que los hechos históricos son producidos por los grandes hombres, y resulta que es al revés; son los hechos históricos los que producen a los grandes hombres” (Juan Bosch).
.- Por suerte, en el mundo, y muy desperdigados, habemos unos cuantos que nunca, y bajo ninguna circunstancia, dejaremos de respetar la memoria de Juan Bosch. Aún más; habemos algunos que, mientras la vida nos acompañe, no cesaremos en enaltecer su nombre, símbolo de compromiso y honestidad al servicio de un pueblo; símbolo de patriotismo y entrega; símbolo de entereza y responsabilidad… símbolo de grandeza. Leonel Fernández y sus secuaces están trillando el camino de la envidia y la mezquindad, “virtudes” con las que pretenden enterrar a Juan Bosch y borrar prédica y ejecución, tal y como han hecho con lo que él consideró su obra más importante: el Partido de la Liberación Dominicana, misma que han convertido en una pocilga, y no llena de cerdos sino, llena de ladrones, corruptos e indolentes a quienes les importa un carajo burlarse del pueblo dominicano en su propia cara.
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“Hay personas que creen que los hechos históricos son producidos por los grandes hombres, y resulta que es al revés; son los hechos históricos los que producen a los grandes hombres” (Juan Bosch).
.- Entre esas se encuentra Leonel Fernández, empedernido
narcisista que ha llegado al punto de pagar por alabanzas y loas; de robar al
erario para comprometer honras con empresas e instituciones locales e
internacionales; orador extraordinario que ha usado tal virtud, y en afán
desmedido por confundir al pueblo, para competir con Mario Moreno, Cantinflas,
en la cantidad y calidad de los disparates que expresa ante un público que
considera al doctor Balaguer uno de los grandes intelectuales dominicanos pero
que nunca ha leído una sola de sus obras. ¿Qué hecho histórico se ha dado para
llevar al genio de la fantasía a la categoría de Grande Hombre? Ninguno…
¡absolutamente ninguno!; este farsante y simulador es el producto del odio del
pueblo dominicano a los haitianos, odio que volcó sobre la figura del doctor
José Francisco Peña Gómez, el más grande orador y líder de masas en la historia
de la República Dominicana, y del apoyo que el saliente representante de la
oligarquía, Joaquín Balaguer, dio a quien pasaría a encarnar ese papel. Los
hechos históricos que proporcionan la categoría de Grande Farsante a Leonel
Fernández son: el destino dado al préstamo de la Sun Land; los miles de
millones de dólares, euros y pesos que permitió a sus testaferros engrosar en
sus arcas, provenientes del erario; el contrato al que -junto con Miguel Vargas
Maldonado- obligó a los congresistas que aprobaran -con el látigo de “¡voten,
honorables!”-, para permitirle a la Barrick Gold saquear el país, y a la vez
contaminarlo; los más grandes y comprometedores escándalos de droga; la
simulación y el engaño con los que se comportó ante la inmensa figura de Hugo
Chávez; la cobardía mostrada ante los depredadores militares por temor a ser
derrocado; la confección del entramado de FUNGLODE, su construcción y la
consecuente alimentación de fondos, robados al pueblo dominicano; etc., etc.,
etc.
***
“Ningún hombre es superior a su pueblo” (Juan Bosch).
.- Parece que Leonel Fernández sí; ¡pero se joderá!
Este pueblo comenzó a dudar, a protestar, a reclamar, a recuperar el valor y el
compromiso que una vez le hizo el más valiente y bravo de América. Este pueblo
tendrá, en poco tiempo, que someter a juicio popular, y no simulado, a este
cínico, corrupto e indolente, que sí se ha creído estar por encima de él. Este
pueblo tendrá que sojuzgar a quien tanto daño le ha hecho. Nunca antes en la
historia republicana un gobernante había sido tan inmoral y corrupto como
Leonel Fernández; nunca antes un gobernante se había arrogado el derecho de
mofa que este originario bajo pequeño burgués se ha dado… se ha burlado de los
dominicanos en tantas formas y maneras que ni Trujillo ni Balaguer despertaron
tantas pasiones adversas. El aparato judicial lo dejó preparado; los
congresistas responden a sus lineamientos; algunos militares, que
inexplicablemente el actual mandatario ha mantenido (bueno, como casi todo),
son de su entera confianza; pero cuando un pueblo agota la paciencia y se
sacude de los robos y abusos de poder, y también de las burlas, el nivel de
violencia puede llegar a alcanzar niveles insospechados.
***
“No hay arma más potente que la verdad en
manos de los buenos” (Juan
Bosch).
Esa verdad es la que debe arropar, no sólo a los
buenos sino, a todos los dominicanos, para que se sacudan del letargo en que se
han sumergido con las fechorías que Leonel Fernández y su pandilla han
ejecutado en el ejercicio del poder durante sus “doce años” (y algo más, pues
casi todos siguen disfrutando del pastel como si nada hubiese pasado). La
verdad debe ser enarbolada como estandarte en todas las manifestaciones, para
romper con el esquema de corrupción que dejó sembrado, en un comportamiento sin
precedentes, que “acoñó” la sociedad, pero que ha sido motor para las
crecientes y más frecuentes protestas y manifestaciones. Cada caso de
corrupción es mayor que el anterior; y los descubrimientos se suceden, gracias
a periodistas comprometidos, con una velocidad asombrosa… La verdad en manos de
los buenos, de los semibuenos, de los casibuenos y de los que aspiran a bueno
debe actuar para culminar con este antro de corrupción, enmarcado en un teatro
de mentiras y falsedades en el que el actor principal lo es Leonel Fernández.
***
“Hay que educar al hombre para que
respete las leyes. Sin leyes no hay sociedad humana, y las leyes sólo tienen
valor si cada persona las acepta, las respeta y las hace respetar” (Juan Bosch).
Leonel Fernández es el autor de una constitución; la
del 2010 creemos -la última-, y no hay documento que valga menos para este
hipócrita que ese amasijo de leyes sustantivas que no sirve para nada cuando de
aplicarse a los que gobiernan se trata… seres supremos dotados de todas la
virtudes para hacer lo mal hecho sin que sean sancionados. Sí hay que educar al
hombre, como dice Juan Bosch, pero estos depredadores profesionales, formados a
su lado, asimilaron las enseñanzas para joder a los compatriotas de abajo. De
muertos de hambre a millonarios, ¡y siguen tan campantes!… la ley no existe
para ellos. Sí hay que educar al hombre, cualquiera que sea, pero para que haga
respetar las leyes, sin importar si los que la violan están en el ejercicio del
poder; sin importar apellidos ni nombres; sin importar parcelas políticas… Hay que
educar al hombre para que, cuando se vea vejado, robado, maltratado, abusado…
burlado, actúe con todas sus fuerzas en contra de quienes ejercen la justicia
en forma selectiva. Hay que educar al hombre para que proteste, para que luche,
para que entienda que ningún mediocre, por estar en el poder, es su dueño y
señor… Hay que educar al hombre para que se rebele, para que luche, con las
armas si es necesario, para lograr establecer un justo sistema judicial que
mida con la misma vara a cada miembro de la sociedad…
***
“A la patria no se le usa, se le sirve” (Juan Bosch).
Hermosa sentencia de Juan Bosch, practicada durante
toda su vida, hasta la saciedad, con ejemplos; pero desvirtuada por el más
inmoral y corrupto de los presidentes dominicanos, Leonel Fernández, quien la
ha postulado de la siguiente manera: “A la patria no se le sirve, se le usa”.
¡Hasta la próxima, si Dios quiere, dominicanos!
(Plagio a la despedida de Juan Bosch).
Por: Ing. Nemen Hazim
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