Autor: Bonaparte Gautreaux Piñeyro
Quizá tenga
razón la Magistrada Procuradora Fiscal del Distrito Nacional quien soslaya de
una manera inelegante aquella práctica constante que, escrita o no, reza: “el
rumor público, mueve la acción pública”.
Quizá la Magistrada Procuradora Fiscal
del Distrito Nacional se ahorra la lectura de la prensa, no escucha la radio ni
ve televisión y por eso no se ha enterado de que el doctor Leonel Fernández
Reyna es heredero de una fortuna tal que le permite vivir como vive, hacer lo
que hace y pensar que “hay mal que dura cien años y cuerpos que lo resisten”.
Quizá la Magistrada Procuradora Fiscal
del Distrito Nacional tiene puede conseguir, la declaración de bienes del
doctor Leonel Fernández, al momento de que de que le ciñeran la banda
presidencial, en cuyo centro el Escudo Nacional tiene una Biblia abierta en el
versículo 32 del capítulo 8 del Evangelio de San Juan, donde se lee “…y
conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”.
Quizá la
Magistrada Procuradora Fiscal del Distrito Nacional sí leyó, aunque necesite
una explicación del más reputado exégeta bíblico, sobre el gran milagro
reseñado en el Sermón de la
Montaña donde se relata que el Hijo del Señor, ante la multitud que lo
acompañaba y la solicitud de sus discípulos, multiplicó los dos pescados y tres
panes que tenían lo que permitió que comieran miles de seguidores.
Quizá la Magistrada Procuradora Fiscal
del Distrito Nacional confía tanto en los “milagros” del manejo del erario que
puede justificar la existencia y mantenimiento de la Fundación de Leonel.
Quizá la Magistrada Procuradora Fiscal
del Distrito Nacional desconoce que el hablador y el cojo no llegan lejos sin
ser descubiertos y no se le ocurre, ni a ella ni a las autoridades de la
Dirección General de Impuestos Internos, investigar el origen de los fondos de
la Fundación de marras.
Quizá la Magistrada Procuradora Fiscal
del Distrito Nacional no tuvo la responsabilidad de sumar el monto de los
sueldos de Leonel Fernández, como Presidente de la República, a ver si el monto
de los mismos justifica los bienes que exhibe sin ningún pudor y el estilo de
vida que se gasta.
Quizá la Magistrada Procuradora Fiscal
del Distrito Nacional entienda que la noche que oculta los delitos cometidos
ante los ojos de todos, permanecerá por siempre.
Quizá la Magistrada Procuradora Fiscal
del Distrito Nacional, como parte de una maquinaria integrada por gente cegada
por el poder y por su intención de permanencia en los puestos a como dé lugar,
piensa que todo seguirá igual, por los siglos de los siglos.
Nunca los ladrones y asesinos se han
salido con la suya: la Nación siempre ha hecho justicia con ellos.
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