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Marcar la diferencia

EN PLURAL
Yvelisse Prats de Pérez, la autora
Por Yvelisse Prats Ramírez De Pérez (yvepra@hotmail.com)
En una comparecencia en el Programa “Vertiente de Opinión”, de mi esposo Mario, el Dr. Franklin García Fermín, exponía la clásica, aun válida y necesaria diferenciación entre las contradicciones primarias y las secundarias.
Exrector de la UASD, alto dirigente del Partido Revolucionario Dominicano, estudioso a profundidad de las Ciencias Sociales, el Dr. García Fermín hizo la reflexión como recordatorio,  a la vez advertencia, a los/as perredeístas. “Nuestro adversario dijo casi textualmente, es el PLD”.
Las diferencias entre perredeístas, por más grandes que sean, son, tienen que asumirse y tratarse como SECUNDARIAS. Lo que dijo el compañero Rector es evidente, incuestionable. Si esa verdad, que trasciende la teoría marxista para convertirse en un elemento básico de razonamiento lógico, hubiera sido atendida en mi partido, los grupos, deformados, agrestes y agresivos, no habrían proliferado y crecido hasta el punto de crisis  actual en que el PRD parece empantanado. 
El mal que se hizo, tejido entre ambiciones personales, ignorancia de las leyes políticas y olvido imperdonable del deber que tiene el PRD frente a su militancia continúa carcomiendo el partido. El PRD deja de lado su papel de opositor al gobierno, y se subsume en una feroz lucha interna. Ante el dislate menfiesto muchos sectores y actores sociales, amigos se alejan imposibilitando las alianzas con los movimientos y asociaciones populares que Peña Gómez tanto valoraba, como aliados en la construcción de un nuevo modelo de nación.
Yendo al Palacio, en romería que a veces desborda la ruta del Dr. Báez  y se desvía hasta la Casa Nacional del PLD, dirigentes importantes del PRD proyectan una imagen confusa, sesgada de adhesiones y querencias  al adversario político, carente  de la distanciación crítica que es la esencia que caracteriza un partido opositor.
(Es bueno recordar, en este punto, que en una democracia, el poder no solo se concentra en el partido de gobierno, sino que es también facultad y capacidad positiva, contundente, de la oposición).
Esta inversión de conductas, confusión de tácticas, error en la praxis política, es un síndrome, una fiebre que sube a 40 grados, reduciendo al paciente, que es el PRD, a la baja cota de popularidad en las últimas encuestas.
Pero la enfermedad, que pone en peligro la vigencia del partido,  inclusive, Dios no lo quiera así, su propia existencia, es la creciente atrofia de nuestra sustantividad. O sea, de una identidad que partiendo de principios, bravamente afincados en la ética, nos distinga de los anómicos partidos del sistema. 
El PRD ha tenido siempre una vocación doctrinaria definida, contradictoria la mayoría de las veces con los estatus-quo. Nació en el espacio de la izquierda democrática, con un programa fundacional repleto de reivindicaciones populares. Luego abrazamos la revolución democrático-nacional, después del breve interregno de la dictadura con respaldo popular. Frente al invasor nos convertimos para gloria de Peña Gómez en un auténtico Partido de Liberación Nacional. Luego encontramos nuestra ideología definitiva, el Socialismo Democrático, la acriollizamos  en la Tesis del Gobierno Compartido. 
Resumiendo, éramos un partido con principios, con un norte ideológico claramente progresista, de izquierda, ya que enarbolamos sin miedos necesidades y voluntades de cambio.
Ahora, ¿en qué espacio político-ideológico se coloca el PRD,  en su rara dualidad contrapuesta, el “legal” que dirige Miguel Vargas, y el otro, oceánico en la muchedumbre de sus militantes, a quienes quieren pastorear fracciones encabezadas por aspirantes a candidatos?
Para aplicar correctamente la recomendación del compañero García Fermín y responder a esa pregunta, la lógica nos da la receta: asumir las contradicciones antagónicas que nos separan del verdadero adversario obliga al PRD a ser de verdad antagónico, o sea,  DIFERENTE, al Partido de la Liberación Dominicana que encarna un pragmatismo definido de derecha.
La diferencia tiene que percibirse en proyectos, en planes, en posiciones del bloque congresual, en el discurso crítico basado en el socialismo democrático de TODOS los dirigentes, en los programas que presentemos para reconquistar el favor del electorado dominicano en 2016 y desde ya, el respeto de la ciudadanía conciente. 
Hay demasiados problemas nacionales, entrabados en la visión globalizante que nos reduce la soberanía; hay tesis nuevas que se están elaborando y ensayando en otros países de América, sobre energía, seguridad social, sobre la educación, sobre el papel de las TIC’S, la búsqueda de inclusión, sobre lo público, sobre el propio estado. 
El PRD posee una historia a la que acudir como referente: pero tiene que estudiar la realidad, cambiante del hoy, y sobre todo, presentar credenciales de una visión de futuro que trasciende  esta democracia impura que ya colinda con una dictadura partidaria.
Seamos diferentes, en concepciones, análisis,  propuestas. Así, querido Dr. García Fermín, asumiremos y honraremos el antagonismo frente al PLD como auténtico partido opositor. Marquemos, como sello indeleble, inequívoco, esa diferencia.

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