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Desinformación

bonaparte gautreaux piñeyro, el autor

Alguna vez leí que Gabriel García Márquez no quería ceder los derechos de filmación de “Cien Años de Soledad” porque se desvanecería la imagen ideada por cada lector del coronel Aureliano Buendía, el más conspicuo representante del valor, la hidalguía, el respeto por sí y por la bien ganada justa fama.
Luego de que se le buscara rostro al coronel Buendía,  nadie tendría que imaginarlo, bastaba con recordar cómo era en la película.
Habría que ver qué es más importante para la Historia si un muñeco der bronce (si es que es de bronce) un retrato o enseñar en la casa, en la escuela, en la plaza pública, a vivir como los grandes héroes.
Ramón Menéndez Pidal  inicia su  “Antología Universal del Cuento”, con un estudio profundo, exhaustivo, de un relato escrito en todos los lenguajes del mundo y destaca que lo importante en el cuento es la anécdota, el tema, el contenido, no el continente. Dado que el relato carece de forma, su propagación es más fácil.

Es cierto que vivimos en un tiempo en el cual la información y la imagen llegan por nadie sabe cuántos canales y nos permite identificar la o las personas involucradas en los hechos.
Lo importante es que se reproduzcan, que se den a conocer, que se canten las glorias de los grandes hombres y mujeres que nos precedieron para que sirvan de ejemplo a las generaciones presentes y a las porvenir.
Lo importante es que luchemos por romper la conspiración de silencio que oculta la vida y hazañas de los grandes de la Patria, de aquellos cuyas vidas debemos imitar.
Mi generación puede ufanarse de haber logrado imponer el más largo período de continuidad constitucional de la historia, aunque en la escuela recibimos más información y enseñanzas sobre Napoleón, para citar un ejemplo, que acerca de la vida y hazañas de Gregorio Luperón. ¿Aún se mantiene esa corriente?
Hay grave preocupación por el dinero que destina el gobierno para la educación pero no escucho nada sobre la orientación de la enseñanza en las escuelas públicas.
Hay grave preocupación sobre si se destina el 4 por ciento anual del presupuesto de la nación para la educación pero no escucho nada sobre la calidad de los docentes, sobre las calificaciones reales para enseñar a pensar, para dejar sembrada la semilla de la investigación en cada alumno.
Hay grave preocupación porque  continúa el pensum que enseña por repetición y memorización sin que el alumno sea dotado de métodos de análisis que le permitan aprender.
Ahora hay un debate sobre los restos de Francisco Alberto Caamaño Deñó, pero ¿enseñan en las escuelas sobre el ejemplo de valor, patriotismo y honestidad de ese ilustre ciudadano?

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