A los muchachos y muchachas del Partido de la Liberación
Dominicana (lo de muchachos y muchachas es de cariño, porque ya no lo son) todo
le luce, todo lo queda bonito, hasta lo feo es lindo.
El proceso de escogencia de una parte de los miembros del Comité
Central ha debido ser objeto de un escándalo extraordinario por la inversión
millonaria que una buena parte de los aspirantes, ministros y viceministro, ex
ministros y ex viceministros, invirtieron sin que ninguna autoridad los llamara
para preguntarle la procedencia del
dinero.
Escuché al senador de la Vega, Euclides Sánchez, afirmar que
algunos gastaron más de diez millones de pesos. Y se quedó corto. Algunos
funcionarios “ganaron” la codiciada posición al CC del PLD utilizando todos los
recursos disponibles en su cartera, como si fuera suyo.
Nadie sabe si fueron cien, doscientos o trescientos millones los
que gastó el sector de Danilo Medina para garantizarse una mayoría mecánica en
el CC y quitarle el poder al sector de Leonel. Nadie sabrá, de igual modo,
cuantos millones gastó el segmento perdedor. Pero fueron muchos.
El dinero tanto de unos, como de otros, es dinero robado. Es
decir, es dinero del pueblo. Los grupos en pugna no repararon en detalles
éticos o morales a la hora de gastar el dinero. No guardaron siquiera la
apariencia. Y mientras los bandos gastaban a manos llenas el dinero del Estado,
el jefe de la ética y la moral del gobierno, se hacía de la vista gorda.
(Vincho Castillo solo ve corrupción en la acera del frente. Y
cuando le conviene, porque ahora es abogado defensor de Miguel Vargas en el
caso del cheque de 15 millones de dólares que el Banco de Reservas, por órdenes
de Leonel, le regaló como pago por los servicios prestados durante la campaña
electoral pasada para que el PRD no ganara las elecciones)
Había que ver las vallas en todo el territorio nacional; ver los
spots de televisión y escucharlas en la radio. Aquello fue un derroche de
dinero sucio, en muchos casos del narcotráfico, del lavado y del presupuesto
nacional. Cualquiera podría pensar que se trataba de campañas presidenciales,
congresuales y municipales, jamás para un simple puesto en un organismo que se
reúne, como mucho, una o dos veces al año. (¿?)
Escuché al senador de Moca, José Rafael Vargas (Varguita), decir
que “el Estado nos venció”. El dinero del Estado, como otras veces, fue un
factor determinante en la “victoria” del grupo de Danilo. (Le pagó a Leonel con
su propia medicina o con el mismo veneno)
Vincho se metió la lengua donde suele hacerlo; la gente del
Ministerio Público, también.
Pese a todo el desastre, al uso y abuso de los recursos del
Estado, de un lado y del otro; de los fraudes, la compra de votos, etc., los
llamados “líderes” ofrecían declaraciones sobre la transparencia y la
diafanidad del proceso. Hasta el presidente de la Junta Central Electoral, sin
que nadie le preguntara, consideró que a pesar de las críticas, el proceso
estuvo bien. ¡Demonios!
Y lo que es más bonito, la prensa, en sentido general, también lo
vio bien. Correcto, adecuado, sano, y un ejemplo de ejercicio transparente que
fortalece al partido oficial. (Los enfrentamientos a tiros, los muertos, los
forcejeos, las trompadas, la violencia y las denuncias constantes, no
ocurrieron, se trató, en todo caso, de un “invento del PPH” porque hasta Miguel
Vargas lo felicitó y aplaudió. (Por 585 millones de pesos yo habría hecho más
que eso)
Durante los 12 años de Leonel las denuncias de corrupción no se
detuvieron nunca. Más de cien casos concretos, con indicios serios. Sin embargo
nadie los investigó. Llega Danilo y lo primero que hace es un borrón y cuenta
nueva sobre una reforma tributaria para que el pueblo pague el déficits de 200
millones de pesos que dejó Leonel. Y no pasó nada.
Se robaron las elecciones del 2012, luego se robaron al PRD (Lo
compraron por 15 millones de dólares y algo más). Y no ha pasado nada. (Una
sola protesta: La funda de mierda en el ascensor de la JCE. Porque eso es el
país. En eso lo han convertido. ¡En una mierda! Y perdónenme el vaho) Pero no
importa, al PLD, hasta lo feo y hediendo le queda bonito y huele bien.
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