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Los ladrones favoritos y las cámaras de videos.

Los ladrones favoritos y las cámaras de videos.


Por Venecia Joaquín
Ante el incontrolable auge de la delincuencia, cada persona, familia, negocio, se ha visto precisado a tomar sus propias medidas de seguridad. El Procurador General visitó la ciudad de Moca y se enteró  que   instalaran unas 290  cámaras de vigilancia en distintos lugares comerciales. Le gusto la idea. Decidió recomendarle al Plan de Seguridad Ciudadana que lo adopte como  proyecto piloto, para establecerlo en todo el país. ¡Vaya forma de implantar un sistema de seguridad nacional!. No resuelve el problema. Más bien  invita a los delincuentes a tomar las medidas de lugar. Volverán a estar de moda los “tira piedras”.

Durante los últimos años, el país se ha llenado de delincuentes. Hay múltiples razones, dentro de ellas, las lecciones que se derivan de funcionarios públicos pocos ejemplares, la injusta distribución de la riqueza, el hambre y la miseria que arropa  la mayoría  y muy especialmente,  la impunidad de cuello blanco. La justicia se aplica  de forma antojadiza, dependiendo del poder económico, político, social, del apellido y recursos envueltos. Los poderosos son intocables.
Las raíces de los males están en el sistema pero en lugar de atacarlos, desvían la atención promoviendo técnicas para agarrar ladronzuelos. Pura demagogia. Es el camino más fácil. En esta oportunidad, deciden instalar cámaras de vigilancias. Un negocio estupendo. ¿A quienes beneficiaran?. Antes funcionó el PEME, paga o pela. Millones destinados a delincuentes, sin control, para que estuvieran tranquilos en sus barrios y no tener que pegarles o apresarlos. Luego surgió Barrio Seguro y los famosos motores Harley-Davidson. Carísimos. Alguien los trajo y le fue bien. ¿Dónde estarán?. Recuerdo que no podían entrar en los estrechos callejones de los barrios.
Los delincuentes del patio, son  frutos del sistema. El Procurador debería unirse al gobierno para establecer un plan de desarrollo integral, que erradique las raíces. Se necesita austeridad. “Con lo que se derrocha en el país, se mantiene otro”, dijo la presidenta de la Cámara de Cuentas. Y es que el Estado favorece una minoría ¡multimillonaria! y la mayoría debe buscar como sobrevivir. No es cuestión de poner camaritas. Es cuestión de hacer una mejor distribución del pastel. Suelen trabajar con los efectos, deben enfocar las causas.
Cabe señalar, que si juntamos a todos los delincuentes de barrios,  no roban lo que logra un poderoso cuello blanco. Algunos, identificados en  la Cámara de Cuenta, lo llevan a tribunales  pero no pasa nada. Nunca hay pruebas o evidencia suficiente. Mandan a archivar el expediente. Con otros, basta que tengan una mansión de lujo para darle  prisión domiciliaria. ¡Vaya justicia!
Con poder y dinero, todo se negocia en las altas cortes. Los lugares donde se gestan los actos delictivos de gran monta, no requieren cámara de vigilancia. ¿Quién va a poner una en el Palacio Nacional o en el Banco Central, por ejemplo? Pueden dejar un hoyo fiscal de millones pero no pasa nada.
Las cámaras son para los que roban un salami o un cartón de leche por falta de empleo. Ellos son los que van a  las cárceles hasta que las enfermedades lo consuman. ¿Es eso justicia? No los justifico ni me opongo a las camaritas pero, ¡Caramba! No se burlen del pueblo. Deben darse pasos previos para extirpar las raíces del problema, aunque sea abrir escuelas vocacionales, facilidades a pequeñas empresas.
Es una pésima noticia que el Procurador pida construir más cárceles e instalar cámaras  a nivel nacional. Esa petición, envuelve temor de enfrentar las causas reales.

¡Que pena  que anuncie, con algarabía, la posibilidad de escoger  a Moca  para iniciar ese famoso plan de vigilancia!. Es neutralizar o ignorar  sus virtudes. Moca es  cuna de hombres valientes, ajusticiadores de ladrones, de tiranos, de abusadores del pueblo. Las camaritas no son  para  combatir con coraje, la corrupción, robo y delincuencia, son protección privada. Parecería que este anuncio público, es una forma de restarle, de empañar sus métodos históricos  de atacar y eliminar los verdaderos culpables de los males sociales.

Los ladrones favoritos y las cámaras de videos.

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