La educación superior sigue siendo la “cenicienta” del país, afirmó este domingo el presidente de la Asociación Dominicana de Rectores de Universidades (ADRU), Julio Amado Castaños Guzmán, quien describe una situación “dramática” en un sector en el que hay centros de altos estudios cuyos estudiantes reciben docencia en el piso.
Castaños Guzmán, quien también es rector de la Universidad Iberoamericana (Unibe), insistió en que hay centros educativos del nivel superior que son “dignos de pena”.
Basa su criterio en la última evaluación hecha por el Ministerio de Educación Superior, Ciencia y Tecnología (MESCYT), que según dijo, revela una situación penosa de una parte de las universidades.
En una entrevista en el programa D´Agenda, por Telesistema, canal 11, Castaños Guzmán advirtió que como consecuencia de dicha evaluación, las universidades que no se ajusten tendrían “serios problemas”.
El catedrático también expresó su criterio respecto de la oferta universal de carreras universitarias, señalando que a estos centros de altos estudios solo deben ir quienes tengan condiciones académicas.
En su análisis sobre la educación dominicana Castaños Guzmán agregó el tema de la formación de los maestros, llegando a afirmar que mucha gente que no tiene condiciones se refugia en el magisterio.
La razón principal, conforme a su explicación, es que una vez son contratados como profesores en las escuelas públicas, estas personas tienen estabilidad laboral y protección de su sindicato.
De ahí que de 400,000 bachilleres matriculados en las 40 universidades del país, unos 40,000 estudian magisterio. En este mismo orden, apuntó que de 24 escuelas de educación, apenas dos o tres cumplen los estándares de calidad.
El presidente de ADRU afirmó además, que el sistema educativo nacional se ha ido alimentando de profesionales mediocres provenientes de las universidades.http://www.7dias.com.do/index.php/noticias/147633/La_educacion_superior_dominicana_sigue_siendo_la_cenicienta_dice_Castanos_Guzman#.Uix_etJkO4s
Julio Amado Castaños Guzmán, presidente de ADRU. (Archivo)
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