JUSTICIA Y BIEN
COMÚN
“No
vive en paz, el que no se siente ni está seguro”.
Al reflexionar sobre la naturaleza de las
personas podemos darnos cuenta de que los seres humanos son iguales y libres, o
sea, por ley natural la igualdad y la libertad son propia de todos; en esto
coinciden tanto filósofos como juristas, de la antigüedad como del presente, la
actualidad, y de acuerdo a estos estudiosos del ser humano, las personas, por
lo único que cambian o ceden la igualdad y la libertad es por la seguridad. Por
consiguiente, en busca de esa garantía de seguridad se justifica o surgen los
Estados.
De acuerdo a Thomas Hobbes, no hay paz
sin sujeción, pues los seres humanos no podrían vivir en el estado de su
naturaleza a causa de la inseguridad. Y es aquí que coinciden todos en la
teoría clásica del Estado, que presupone el surgimiento del mismo para
garantizar la seguridad. Esto le da poder al Estado.
John Locke expresa que “el objetivo
principal y más importante de las personas para unirse en sociedad y constituir
el Estado, es el de vivir los unos entre los otros de manera cómoda, segura,
pacífica y disfrutando de sus propiedades”.
Charles Louis de Secondat, Señor de la
Brède y Barón de Montesquieu defiende que “la libertad política se justifica
por la tranquilidad de espíritu que proviene de la opinión que cada uno tiene
de su propia seguridad”.
Por su parte, Jean-Jacques Rousseau
plantea: “lo que pierde el hombre a través del contrato social es su libertad e
igualdad natural, trayendo consigo la libertad civil y de sus propiedades”.
El constitucionalista español Francisco
Javier Pérez Royo, concluye que es coincidencia general “la seguridad es lo que
justifica el Estado. Es lo único que puede explicar que los hombres abandonen
el estado de naturaleza (de libertad e igualdad) y decidan constituirse
políticamente. El sentido del Estado no puede ser otro que el de garantía de
seguridad personal”.
Pérez Royo define a la constitución como
la garantía de la garantía, o sea, que la constitución es la garantía para que
los Estados cumplan con garantizar la seguridad en general de las personas y
sus propiedades. “Así es como nace o se afirma la constitución.”
Las constituciones son el contrato social
que dan nacimiento a un Estado y es de ahí donde se desprende el estado de
derecho de toda sociedad organizada; es lo que da nacimiento al ordenamiento
jurídico, lo que presupone el orden y la organización social por la que debe
regirse la sociedad de todo Estado o país.
Nuestro Estado y sus instituciones están
en crisis, y el poder judicial garante de la Constitución y las leyes, el cual
debe ser el principal soporte del equilibrio con los demás poderes, no funciona,
lo peor, está empeñado a Leonel Fernández y el partido de gobierno.
Por todo lo analizado concluimos que la
única vía para conquistar la paz social, la seguridad de las personas y sus
propiedades, lo es “el imperio de la ley”, este objetivo solo lo podemos
lograr con un sistema de justicia responsable, fuerte y eficiente.
Los actores que conforman este sistema
son: Jueces, Fiscales y Policías; destacamos que este último, “La policía” es
el brazo fuerte de la justicia, por consiguiente no podemos permitir que se
siga debilitando nuestra institución policial o destruirla como muchos
conspiran, sino por el contrario apoyarla y fortalecerla.
Se hace imperativo hacer un llamado a
nuestro Presidente Danilo Medina, pues independientemente de mostrar
preocupación y auto designarse presidente de la comisión de seguimiento al Plan
Nacional de Seguridad Ciudadana para que se amplíen las políticas de seguridad
públicas; además se mejoren los salarios y la calidad de vida de los policías.
Sin un cuerpo de policía saneado, bien
pagado y modernizado con las herramientas necesarias, como responsables de
cumplir y hacer cumplir las leyes, será difícil resguardar el estado de
derecho, especialmente las decisiones judiciales.
Los estados definidos avanzados cuentan
con la garantía de necesidades básicas satisfechas de la mayoría de sus
habitantes; si revisamos sus historias casi en su totalidad vivieron etapas de
desorden y grandes desigualdades, enormes brechas entre ricos y pobres; lo
superaron en un principio, en un corto y mediano plazo, imponiendo “el imperio
de la ley” y luego, a largo plazo, sustentado en la educación hasta formar
parte de su cultura.
Periodista
Mayor-General Retirado de la Policía
Nacional, con experiencia de 27 años en servicios.
Estudió comunicación Social. @JTtaveras
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