El Partido Revolucionario Dominicano, cohesionado en torno a su liderazgo histórico y el nuevo liderazgo emergente, en las últimas dos elecciones demostró que es la organización política con más arraigo en la sociedad dominicana; su archirrival, el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), aún con el uso abusivo de todos los recursos del Estado, no ha logrado pasar del 38 por ciento de simpatías electorales.
Si el PLD se mantiene en el poder es simplemente porque ha llevado el clientelismo político a niveles inauditos. Cada partido aliado al PLD tiene en la administración del Estado su parcela, que es la fuente de sustentación económica de su dirigencia política. El ejemplo mas notable de estas aberraciones políticas la tenemos en el Partido Reformista, tercera fuerza en importancia electoral, que en los últimos nueve años ha utilizado la Cancillería de la República como una fabrica inagotable de botellones. Hoy tenemos miles de cónsules y agregados en el servicio exterior que jamas han salido de la República Dominicana.








