Por Juan T H
Se me acusa ante los tribunales, tanto del país
como de España, de mancillar el honor de un hombre, razón por la cual me pide
una indemnización millonaria en pesos y en dólares.
El honor es algo demasiado valioso para no defenderlo
hasta con la vida. Tan importante es el honor que Juan Pablo Duarte dijo que,
“Vivir sin Patria es lo mismo que vivir sin Honor”. ¡Y es cierto! Fue el Padre
de la Patria quién dijo “sed justo lo primero si queréis ser felices”. Y yo
quiero ser justo. Jamás he querido dañar un don tan preciado como el honor de
un hombre.
Me he preguntado todos estos días, ¿qué es el
honor? ¿Hasta dónde puede un hombre ofender a otro desconociendo su
honorabilidad? ¿La honestidad es un don divino o es algo que adquieren los
humanos, hombres y mujeres, durante el desarrollo de sus vidas? ¿El honor, me
pregunto, se adquiere comprándolo en cualquier prostíbulo o se gana con la
práctica social?
Decía el filósofo romano Cornelio Tácito que “en
un espíritu corrompido no cabe el honor”. Esa expresión de un hombre tan sabio
me confunde, porque el espíritu es algo demasiado sublime y hondo que tenemos
al nacer aunque no podamos verlo ni tocarlo. ¿Significa que el espíritu nace
honrado y luego se transforma en
deshonesto? No lo sé. No quiero entrar en un problema filosófico.
Buscaré en otras fuentes aunque creo que ciertamente “en un espíritu corrompido
no cabe el honor”.
El diccionario de la Real Academia de la Lengua
dice: “Honor. Cualidad moral que lleva al cumplimiento de los propios deberes
respecto al prójimo y de uno mismo. Gloria o buena reputación que sigue a la
virtud, al mérito o a las acciones heroicas, la cual trasciende a las familias,
personas y acciones mismas de quién se la granjea”.
El diccionario Océano de sinónimos y antónimos
dice: “Honesto: puro, recatado, púdico, casto, honrado, decente, decoroso,
pudoroso, equitativo, justo, razonable, sincero, recto, virtuoso, modesto,
digno, limpio, cortés, delicado, educado, comedido, correcto.” Los antónimos
son: “licencioso, descocado, deshonesto,
injusto, maleducado, grosero, descortés, incorrecto, sucio, indigno”.
El mismo “mataburros” señala que los sinónimos
de “honor” son: “honra, respeto, decoro, vergüenza, dignidad, orgullo,
decencia, probidad, conciencia, rescato, pundonor, entereza, honradez, nobleza,
lealtad, honestidad”. También “consideración, aplauso, prez, respeto,
condecoración, fama, reputación,
renombre, estima, celebridad, gloria, titulo, obsequio, homenaje, popularidad,
distinción”.
Los antónimos de honor son: “Deshonor,
indignidad, indecencia, deshonestidad, deslealtad, bajeza, vileza”. Otros:
“Oscuridad, descrédito, impopularidad, desconsideración”.
Mis dudas parecen aclararse a partir de la
definición del diccionario de la lengua castellana y de los sinónimos y
antónimos.
Ahora sé lo que es el honor desde el punto de
vista conceptual, porque como decía Federico Engels, las definiciones no son
exactas, pero si imprescindibles, porque nos permiten tener ideas más o menos
claras sobre las cosas.
Una cosa ha quedado clara en mí: “El honor
prohíbe acciones que la ley tolera”, como dijera Séneca hace cientos de años.
Es verdad, “el honor prohíbe acciones que la ley tolera”. Y más que la ley, la
corrupción.
Defiende honor, hasta con su vida, quién tiene
honor.
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