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"Un metro a la educación y la salud"

Por Juan T H
Hace unos días el ministro de Cultura, mi buen amigo José Antonio Rodríguez,  dijo que “sin desarrollo cultural no puede haber desarrollo económico”. Y esa es una verdad insoslayable, “dura y sin sombra”, como diría el poeta.
¿De qué desarrollo económico puede hablarse en un país donde el 74% de los pobres tienen menos de 18 años y el 37% de los jóvenes ni estudia, ni trabaja, y donde todos los que han nacido en los últimos años, más de un millón, son pobres, según un estudio reciente dado a conocer el economista Miguel Ceara Hatton?

¿De qué desarrollo económico puede hablarse de un país que invierte menos del 4% de su Producto  Interno  Bruto (PIB) en educación, menos del 2% en Salud cuando  en otros países la inversión en ambos renglones se duplica y hasta se triplica?
La economía del país puede crecer todo cuanto diga y quiera el gobernador del Banco Central, pero ello no es sinónimo de desarrollo; se trata, en todo caso, de un sofisma de corte politiquero propio de un demagogo profesional apegado al cargo. El crecimiento del que tanto hablan las autoridades monetarias solo sirve para demostrar el fracaso del modelo económico  que concentra sus riquezas en 22 familias.
Los gobiernos no invierten en la gente; es decir, en la materia prima de cualquier país que pretenda desarrollarse. Y esa inversión es en educación y salud. Un pueblo educado y sano produce las riquezas materiales y espirituales necesarias para su desarrollo integral.
Hace muchos años el desaparecido por el Estado, Narciso González, Narcisazo, dijo que la dominación imperialista se expresaba en tres renglones: economía, política y cultura. Los dirigentes sociales suelen no prestarle atención a la parte cultural sin darse cuenta que se trata de un elemento fundamental.
Un pueblo que pierde su idiosincrasia va desintegrándose, va perdiendo su esencia, su identidad.  Cada vez hablamos menos y muy mal nuestro idioma. Los nombres de nuestros hijos no son latinos. Si damos una vuelta por la ciudad y vemos los letreros en las calles parecería una ciudad norteamericana, no latina. El orgullo dominicano y latinoamericano se perdió. La clase media procura que sus hijos nazcan en Estados Unidos. Todos quieren una visa estadounidense, una residencia o una ciudadanía. Nuestros ministros tienen seguro médico internacional porque saben que el sistema de salud que crearon no sirve ni para los perros.
Lo que se escucha en la radio y se ve en la televisión criolla es altamente embrutecedor y alienante. (“Tengo siete loca metía en la piscina”. “Etoy armao, bebío y con cuarto”) (ya no celebramos el Día de San Andrés, ahora es El Día de Brujas; el cerdo se sustituye rápidamente por el Pavo, seco y sin gusto)
Este país es un caos por todos lados. Y ese caos es resultado de la falta de educación y cultura de su población. Pero ese caos sirve a los intereses políticos de quienes nos han gobernado durante  años apoyados por los grupos económicos dominantes. Un pueblo sin educación y sin cultura es fácil de manipular y de comprar, como en efecto lo hizo Leonel Fernández que incluso se atrevió a decir en una reunión en Nueva York que disponía de 40 mil millones de pesos para comprar la conciencia ciudadana en las elecciones. ¡Y lo hizo! Y nadie protestó. Nadie quemó una goma, nadie hizo un disparo ni siquiera al aire. La única protesta que registra la historia fue el “saco de mierda” dejado en el ascensor de la Junta Central Electoral. (Jajajajajajaja. Me cagué de la risa cuando lo leí en la prensa)
El proyecto del gobierno de eliminar el analfabetismo es un paso de avance. Pero la educación y la cultura requieren de una inversión muy por encima de lo proyectado. Hablamos de educación básica, secundaria y universitaria, incluyendo posgrado.  No es un 4% del PIB, es un  10 o un 12% durante los próximos 20 años. ¡Y después hablamos!

(El ministerio de Cultura no puede ser la cenicienta del Estado a la hora de la asignación presupuestaria. Requiere, como el Ministerio de Educación, y el de Educación Superior, de muchos recursos. ¡Hagámosle un Metro a la Educación y otro a la Salud del pueblo para que haya desarrollo y dejemos la maldita política!)

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