Opiniones
Escrito por Orlando Jorge Mera
Desde joven, he estado cerca de la
actividad política. Una veces como espectador, y otras veces como protagonista.
La experiencia ha sido gratificante y aleccionadora. Siempre recuerdo la
expresión de mi padre, Salvador Jorge Blanco, de que “el poder es como una
sombra que pasa”. Me la enseñó a principios de 1986, muchos meses antes de
culminar su mandato presidencial.
En ese momento, la entendí en el contexto
de que se avecinaba un cambio en nuestras vidas, y que volveríamos a la vida
ordinaria y cotidiana, sin la denominada “burbuja” que rodea a los gobernantes
y a su entorno.
Pasado el tiempo, me di cuenta que la
expresión era más profunda. Cuando se tiene y se disfruta del
poder, hay muchos “amigos”; pero cuando se está fuera del poder, y más allá, en
la desgracia política, como vivió mi padre cuando fue perseguido y condenado
injustamente, es cuando realmente se conoce a los amigos. En ese sentido, me
tocó vivir esa difícil etapa, y mi padre siempre me decía: “Así es la política.
Nunca tengas rencor ni odio contra nadie”.
Algunos criticaban que mi padre, siendo
presidente tuviese un estilo presidencial sencillo, que llevara escolta
reducida, que pagara el peaje, que tomara coco de agua en la calle, que le
abriera las puertas del Palacio a la gente a través de las audiencias
populares… Y cuando veo que el presidente Danilo Medina exhibe un estilo
similar de cercanía con la gente, y veo que esas mismas personas ahora aplauden
ese estilo presidencial, siento orgullo por el esfuerzo y el sacrificio que
hizo mi padre, y por su visión, que, en ese momento, no fue comprendida a plenitud.
Mi padre siempre fue así.
“El poder es como una sombra que pasa”,
significa que los cargos y las posiciones son transitorios, y que nada es
permanente en esta tierra.
A mi padre le agradezco su mejor
consejo, y lo practico todos los días de mi vida.
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