Por JUAN T H
Dicen que no es bueno
dar consejos que no te lo han pedido. Sin embargo me tomaré el atrevimiento de
darle uno al presidente Danilo Medina, sin ánimo de fastidiarlo, ni mucho menos
a los perjudicados.
Ahí va presidente
Medina: No permita que en la mayoría del gabinete aspiren a la presidencia de la República. Hasta el
momento, que yo sepa, cinco funcionarios del primer nivel quieren sustituirlo
en el cargo. Y no es que sea malo que muchos aspiren. Lo malo es que sea con el
dinero de la gente.
La fábrica de
presidentes de Leonel Fernández es una
cosa y su gobierno es otra. Confieso que algunos de los que quieren la banda
presidencial tienen méritos por la experiencia en el Estado, la militancia
partidaria, etc. Es más, debo confesar que algunos me simpatizan, no por razones políticas,
sino por la solidaridad a la que obliga
la amistad.
La experiencia de los
gobiernos anteriores al suyo, salvo el de Leonel, porque no lo permitió, han sido perjudiciales para los presidentes y
para el país.
Vea usted presidente
Medina el caso de Balaguer que hasta los vicepresidentes que tuvo le hicieron
la vida imposible.
El presidente Hipólito
Mejía tal vez fue el más perjudicado con los ministros y compadres aspirando a la presidencia de la República.
No lo mataron de chepa.
¿Qué ocurre, presidente
Medina? Simple: Los Ministros o Ministras utilizan el cargo y los recursos del
cargo, para promover su figura y sus aspiraciones, como ya lo están haciendo
muchos.
En las promociones que vemos y escuchamos en los medios de
comunicación los funcionarios aparecen de manera protagónica como si la labor
que realizan la hicieran con recursos propios, no del gobierno. Sigue el
clientelismo, también con fondos del erario.
Los ministros “presidenciables”
suelen abandonar sus actividades oficiales para dedicarse al trabajo político
proselitista regalando pendejadas para comprar la voluntad de la gente. Y eso,
presidente Medina, va en detrimento de su gobierno.
Usted, presidente
Medina, no puede reelegirse. La Constitución se lo prohíbe. Y aunque algunos de
sus colaboradores más cercanos, dicen por ahí, le están susurrando modificar la
Carta Magna o hacer un Referéndum, es arriesgado. No se lo aconsejo. Lo mejor sería concentrarse en hacer una buena
labor, hacer “lo que nunca se ha hecho” en educación y salud, en el combate
real a la corrupción. Haga lo que “nunca se ha hecho” gobernando cuatro años.
Ni un día más, ni uno menos.
Usted, presidente Medina
solo tiene cuatro años, sus ministros también. Y tanto usted como ellos, deben
estar 24/7 (24 horas, siete días a la semana) durante esos cuatro años. Es un
error, con menos de un año de gobierno,
una frenética lucha por la nominación presidencial. Actualmente por lo
menos diez funcionarios de su gobierno se consideran “presidenciables”.
El que tenga un proyecto
presidencial, legítimo o no, que lo haga desde el partido, no desde el
gobierno. Que lo haga con sus recursos, no con los magros recursos del gobierno
y del Estado. Además, presidente Medina, una buena parte de esos señores y
señoras, como hicieron con Balaguer, Antonio Guzmán, Salvador Jorge Blanco e
Hipólito Mejía, terminan traicionándolo. No olvide que los ingratos no tienen
memoria. (Y en el caso de Leonel y compartes, deje que la justicia actúe)
Usted no me pidió el
consejo, pero, como se trata de algo que puede perjudicar o favorecer el país,
se lo doy. Y de gratis. Lo demás va por su cuenta y riesgo.
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