Rafael Peralta Romero, el autor
En los crucigramas, lo contrario de
vertical es horizontal. La horizontalidad le da a las cosas y a los entes vivos una
inevitable apariencia de muerte,
de inercia. Pero no hay que ir tan lejos. En la política es diferente, lo
contrario de vertical es pendular, en este caso los seres y las cosas al
menos se mueven.
El poeta Tomás Castro me ha hecho
ver que la sociedad dominicana se compone de hombres pendulares y hombres verticales. Para
mí que el presidente Juan Bosch constituyó un buen ejemplo de hombre vertical.
Más, no así quienes en su nombre tornan, viran, retuercen y alaban al extinto líder de la boca
hacia fuera.
Hay otros hombres que se yerguen por
encima del cieno de nuestra política, pero citaré solo uno: Emmanuel Esquea
Guerrero. Es lo más
parecido a Juan Bosch que
se avizora en el panorama, no por su pelo blanco ni por su origen vegano, sino
por la firmeza de sus convicciones, llevadas hasta el defecto.
Quien adverse políticamente al doctor Esquea queda autorizado a echarle en
cara su principal falla: es un hombre
vertical. Lo vertical tiene
la dirección de una plomada, es esencialmente recto. Los políticos dominicanos,
con su práctica, demuestran preferencia por el “depende” “vamos a ver”. Los
hombres verticales les obstruyen sus fines.
En nuestra política, el hombre pendular está más llamado a
cosechar éxitos. Lo
pendular es una cualidad propia del péndulo, pues oscila, va y viene, está suspendido, como que guinda de
algo. A este adjetivo se
asocia el verbo pender, que dicho de una cosa, indica que está colgada o inclinada.
Esquea Guerrero aspira a la
presidencia del Partido Revolucionario Dominicano, organización que vive la peor crisis de su historia.
La suya es, sin duda, la mejor propuesta para sacar al PRD de la crisis en que lo ha metido su
presidente, Miguel Vargas. Obvio, el jurista
rechaza soluciones por vías que contravengan lo reglamentario.
Es clara su postura de no participar en
ningún arreglo contrario a la institucionalidad y que intente sustituir o
mediatizar la voluntad de las bases del PRD: “Un partido que sacrifica su
democracia interna en procura de buscar una solución a un problema interno, a favor de
tres o cuatro compañeros, no merece el apoyo de la población”.
Un partido amplio como el PRD acoge todo
tipo de gente. Pero hay
que diferenciar a los
hombres rectos de los
oscilantes. Separar la paja del trigo, dijo Esquea alguna vez, sin temor a que
le perjudicara. Unos pueden
oscilar entre lo ético y lo pragmático, pero siempre los verticales preferirán lo ético. Esquea es vertical.
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