Por: Ana Simó
Soy una joven madre de 31 años, estoy en
mi segundo matrimonio que lleva 8 años, mi esposo tiene 32 años. El asunto es
el siguiente: mi marido y yo estamos muy alejados dentro de casa. Mire, yo
siempre he trabajado, él también, y como tenemos dos hijas llevábamos una vida
rápida y nunca presté atención a las cosas que estaban faltando.
Ahora que
estoy en la casa puedo ver que mi matrimonio es de fachada, si hay gente cerca
,nos hablamos y todo bien, pero cuando estamos solos dormimos de espaldas. Ya
no tenemos ni actividades ni tiempo en pareja. Él siempre ha sido un tanto
seco, pero ahora es como si no tuviera ningún interés en mí.
La mayoría del
tiempo me siento sola, nuestras relaciones sexuales también se han reducido al
mínimo y esto me tiene muy triste, algo desanimada, yo he tratado de motivarlo
a salir conmigo, a dedicarme tiempo, pero mientras más presiono, menos recibo y
no sé que hacer, porque no le puedo decir que vayamos a separarnos porque es
como si estuviéramos suspendidos, inertes, no discutimos, ni hablamos, nada,
sólo se habla lo necesario, y ya es como si a él le diera lo mismo. Está
apático y yo ya no lo aguanto. Quisiera que me respondiera para saber qué puedo
hacer.
Sin darse cuenta comenzaron a vivir un divorcio emocional, el cual muchas veces se vive por años antes que las parejas decidan separarse físicamente.
Estoy convencida que a pesar de la situación, siempre es salvable una relación si ambos están dispuestos a luchar por esta.
Creo que no debes partir desde el reclamo, más bien debes hacerlo desde tu deseo de mejorar las cosas.
Es como un abismo que se creó entre ambos y para acercarnos no puedes intentarlo pidiéndole que retome lo que tú a la vez también descuidaste.
Por eso debes iniciar tú. Evalúa en ti qué te llevó al desinterés, qué cosas te gustaría retomar y qué cosas puedes hacer para que tu pareja sienta la motivación al cambio.
Muchas veces esto no es suficiente y es necesaria la ayuda terapéutica, la cual sirve como mediador ante la negociación y también ayuda a la pareja a drenar toda la frustración por el rechazo, el distanciamiento y el desamor.
Para comunicarte con nosotros puedes escribirnos a anasimo@centrovidayfamilia.com, www.centrovidayfamilia.com o llamar al 809-566-0948. Ana Simó
Sin darse cuenta comenzaron a vivir un divorcio emocional, el cual muchas veces se vive por años antes que las parejas decidan separarse físicamente.
Estoy convencida que a pesar de la situación, siempre es salvable una relación si ambos están dispuestos a luchar por esta.
Creo que no debes partir desde el reclamo, más bien debes hacerlo desde tu deseo de mejorar las cosas.
Es como un abismo que se creó entre ambos y para acercarnos no puedes intentarlo pidiéndole que retome lo que tú a la vez también descuidaste.
Por eso debes iniciar tú. Evalúa en ti qué te llevó al desinterés, qué cosas te gustaría retomar y qué cosas puedes hacer para que tu pareja sienta la motivación al cambio.
Muchas veces esto no es suficiente y es necesaria la ayuda terapéutica, la cual sirve como mediador ante la negociación y también ayuda a la pareja a drenar toda la frustración por el rechazo, el distanciamiento y el desamor.
Para comunicarte con nosotros puedes escribirnos a anasimo@centrovidayfamilia.com, www.centrovidayfamilia.com o llamar al 809-566-0948. Ana Simó
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