"A Juan Bosch hay que desgarrapatizarlo, pero no
de comunistas; hay que desgarrapatizarlo de Leonel, de leonelistas… y de las
demás yerbas”
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Ing. Nemen Hazim
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La historia no puede llevar dos hombres tan opuestos,
tan diferentes... tan encontrados, al mismo lugar. O Juan Bosch es un charlatán
y un sinvergüenza, o lo es Leonel Fernández.
Quien escribe, como dueño absoluto de estas palabras,
tiene su opinión: el charlatán, sinvergüenza, corrupto, indolente y cínico lo
es Leonel Fernández; no se puede seguir permitiendo a los corruptos del PLD el
uso de la figura de Juan Bosch, "el moralista problemático", como lo
definiera Andrés L. Mateo. No se puede ser ladrón y boschista al mismo tiempo;
tampoco boschista y sinvergüenza; menos indolente y boschista... y mucho menos
boschista y descarado.
Por un lado Juan Bosch y sus principios, postulados,
comportamientos, actitudes y posiciones, y por el otro la falsedad, la actuación,
la corrupción y la inmoralidad. Saque el lector sus conclusiones.