Por
JUAN T H
La
suerte del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), parece estar en las manos
del Partido de la Liberación Dominicana (PLD) que controla todos los organismos
de poder del país, incluso la Junta Central Electoral y el Tribunal Superior
Electoral, que deciden, quién gana elecciones y quién dirige un partido de
oposición.
El
PLD logró destruir al otrora poderoso Partido Reformista y convertirlo en una
entelequia corrompiendo a sus principales dirigentes con cargos en el Estado y
otras prebendas. El partido de Balaguer es hoy una especie de “comité de base”
del oficialismo.
Lo
mismo sucedió con los llamados “partidos emergentes” que no son más que
franquicias de oportunistas y vividores que decidieron no trabajar y ser parte
del robo y el saqueo del que es víctima el pueblo dominicano, con pocas
excepciones.








