ATISBANDO
Por Bonaparte Gautreaux Piñeyro
Publicados en HOY el 13-2-2014 y el
15-2-2014
Es muy extraña la situación. No es la
primera vez que se juega en ese estadio, por el contrario. La costumbre es que
se anuncia la celebración del encuentro para una fecha y hora determinada. A
fin de que no haya problemas se anuncia hasta el nombre de los árbitros, como
un modo de garantizar la transparencia y las reglas de juego.
Se tiene la presunción de que los
árbitros son grandes conocedores del juego, de sus reglas escritas, de las
reglas que se crean para cada ocasión, especiales para cada encuentro, las
reglas del terreno, acordadas especialmente entre los dirigentes de los equipos
y los jueces de detrás del plato y los de las bases exteriores. El respeto a
ese conjunto de reglas permite la existencia de un desarrollo armónico. De la
observancia o inobservancia de esas reglas dependerá el éxito del encuentro.
Por supuesto que los contendientes tienen
el derecho de actuar con toda libertad dentro de las reglas del juego y las
reglas del terreno. Cualquier acción fuera de lo establecido en las reglas
generales y en los acuerdos específicos, es una transgresión que no se debe
permitir a fin de que se respete el resultado que debe ser obtenido en buena
lid.
Lo importante de los deportes es cómo
enseñan a los niños, a los jóvenes y a los pueblos, que el entrenamiento, los
estudios, la practica constante, contribuye a que haya un resultado final donde
la victoria corone las frentes de los mejores. Los mejores serán los más
esforzados, aquellos sobrevivientes que han sido sometidos a los entrenamientos
más exigentes. En una palabra, el triunfo debe ser de los mejores gladiadores.
Preparados los contendientes, el juego
debe ser iniciado en el tiempo preestablecido como un modo de iniciar el
encuentro respetando escrupulosamente las reglas.
Atrás quedó establecido y convenido que
sólo serán respetadas como buenas las bolas que toquen el suelo dentro de las
líneas que marcan los campos izquierdo y derecho y las que se cuelen entre los
jugadores del cuadro interior o las que transiten en el filo de las rayas
marcadas a los lados.
Queda claro que el juego limpio es la
regla de oro de ese y cualquier otro encuentro que se disponga en el futuro
inmediato o mediato, por tanto, no se valen las zancadillas, arrojar arena o
tierra a los jugadores, barrerse en las bases con los zapatos usados como armas
para agredir a los contrarios.
Las dos palabras comienzan con P, pelota
(béisbol) y política. Ambas tienen reglas claras y escritas. La no observancia
de esas reglas y la parcialización de los árbitros siempre son peligrosos y si
algo hemos sabido hacer, permanentemente, es pelear por nuestros
derechos.
Bonaparte Gautreaux P.
Artículo de Bonaparte Gautreaux Piñeyro
para el sábado 15 de febrero del 2014. Gracias.
ATISBANDO
Lo que está a la
vista… Bonaparte Gautreaux Piñeyro
No tengo los números que posee, actualiza
y proyecta el ingeniero Hamlet Herman los cuales usa cuando escribe sobre temas
que son de su particular interés, como es el caso del metro de Santo
Domingo.
Lo que se ve, lo que no necesita
demostración, el primer axioma del metro de Santo Domingo se sufre en al
cruzar en cualquier dirección o transitar en la avenida Máximo Gómez, de sur a
norte o viceversa.
El caótico desempeño de los conductores,
es monumental. A veces pienso si la torre de Babel fue o no un burbaque como el
que padecemos al conducir un vehículo en la ciudad y sé que me quedo corto.
Dado que el gobierno dispone de todos los
recursos, no importa el subsidio que se aporta por cada pasajero del metro. Lo
importante es cavar, sin que preocupe el precio por kilómetro, ni que la
energía sea un dolor de cabeza, lo prioritario es emplear dinero para ocultar
la cogioca debajo de la tierra.
Me pregunto, como lego que sufre los
desatinos que se cometen con obras de relumbrón contra necesidades reales, ¿no
sería bueno completar el sistema cloacal de Santo Domingo? ¿Cómo organizar la
recogida de basura y emplearla para generar energía y reciclar una parte y otra
convertirla en abono para la agricultura?
Me preocupa que sólo unos pocos veamos
cómo se empuja el país hacia el despeñadero sin que se piense en el precio del
desastre ni a quiénes se llevará la vorágine.
No tengo facultades ni vocación de adivino
o futurólogo pero se ve antes de la curva del futuro, que estamos a piquera de
que se arme la de no te menees y que la espiral de violencia sea tan alta que
incluya a cientos de miles de civiles armados, a decenas de miles de policías y
militares y a nadie sabe cuántos haitianos bien armados con el parque que los
norteamericanos ¡sabrá Dios! por qué, no recogieron cuando desmovilizaron el
ejercito del país vecino.
Ese barril con pólvora lo conforman nadie
sabe cuántos cientos o miles de muchachos delincuentes irresponsables que le
tiran a bocajarro a cualquiera que les haya visto el rostro y sea capaz de
identificarlos.
Eso del metro es una chulería, pero
también es un gasto no prioritario.
Aquí lo que se impone es no echar más
leña al fuego para lo cual hay que desmontar el aparataje de la dictadura de
partido, porque cuando llegue la hora de los hornos quienes huyan serán
perseguidos dondequiera hasta que paguen sus culpas.
Eso incluye, por supuesto, a los
políticos traidores que se prestan a engañar al pueblo para lucrarse con sus
acciones innobles.
Bonaparte Gautreaux P.
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