ECONOMIA NACIONAL
Por Arturo Martínez Moya
ECONOMISTA
Dos cuestionamientos se le hacen al
presupuesto público por RD$605,070 millones del 2014, que aumenta 14% respecto
a 2013 y la distribución sectorial. No lo dijo de esta manera pero estoy de
acuerdo con el Gobierno, con la distribución es poco lo que puede hacerse, lo
condiciona la deuda consolidada ascendente a US$35,186 millones a septiembre
así como el empeoramiento de la crisis financiera eléctrica, para cubrir ambos
sectores el presupuesto destina 53 pesos de cada 100 pesos de impuesto
recaudado, herencia de la pasada administración.
En cuanto al monto depende del supuesto
sobre el crecimiento de la economía, el Gobierno estima será 4.5% y 3.6% el
FMI. ¿Quién tiene la razón? Posiblemente ninguno, los pronósticos se están
cayendo, los organismos internacionales y bancos centrales no pegan una, se
apoyan en supuestos que intentan adivinar el futuro y en la mentira de que el
precio de bonos, acciones, tierras, apartamentos, siempre es el correcto.
Es que los organismos internacionales ni
nadie han podido incorporar las variables financieras a los modelos
macro-económicos, no obstante la cantidad de matemática simple y complicada que
acostumbran los economistas. Para el 2013 y en abril el FMI pronosticó que
latinoamericana crecería 3.4%, pero en su informe World Economic Outlook de
octubre lo reduce a 2.7%, una diferencia considerable que se justificó con
variados argumentos sin admitir lo central, que sus pronósticos se apoyan en
supuestos que al final no se cumplen, principalmente los del mercado
financiero.
El lector se estará preguntando, si no
saben con certeza cuándo hay burbuja en el precio de los activos, en ¿qué se
apoyan los bancos centrales cuando varían los intereses? La respuesta es corta,
en adivinanza y el resto es buena suerte, por eso la incertidumbre de lo que
finalmente sucederá acompañará la decisión, lo observamos con la Reserva
Federal de los Estados Unidos, no sabe cuándo debe comenzar a reducir la
cantidad de inorgánicos que emite cada mes por US$85 mil millones. Sus modelos
macro-económicos le dicen que la economía avanza pero a paso de tortuga, que
Europa salió de la recesión, pero que no se puede hacer fiesta, la alegría
podría durar poco como en casa de pobre, lo mismo respecto al crecimiento que
registra Japón después de dos décadas de estancamiento. Es decir, muchas cosas
y nada concreto.
Lo recomendable para los dominicanos es
asumir por ejemplo la cultura de Chile, el Banco Central somete sus pronósticos
de crecimiento a la crítica de empresarios y economistas, en nuestro caso
debería ser dos veces al año, para evitar que el presupuesto del 2014 pierda
actualidad, como sucede con el de 2013 y el discurso oficial, que mantienen en
3% el crecimiento del 2013 a pesar de que los contradice el diario vivir y el
informe del FMI, el cual dice que la economía no crecerá más de 2%. Porque la
macroeconomía, que nació en los cuarenta del siglo XX como respuesta a la Gran
Depresión, que estaba supuesta a impedir recesiones profundas como la iniciada
en 2007 y que se mantiene con diferente intensidad, sencillamente ha fracasado,
más rápido que tarde deberá someterse a una profunda revisión, porque ahora
todo es diferente.
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