OPINION
“No habrá un
peledeísta que le oculte al país un hecho incorrecto, sucio o inmoral”, “No habrá un peledeísta que se
haga rico con los fondos públicos”.
Todavía suenan en mis oídos estas expresiones
del profesor Juan Bosch. ¡Cuantos sueños hermosos!!. Despertaba la esperanza de
que algún día, tuviéramos una RD levantada sobre parámetros ejemplares.
Eran
expresiones sinceras, de un hombre honesto, que abogaba por una sociedad donde predominara la decencia, igualdad, la
justicia social. Sus mensajes penetraban. Alrededor de ellos, formó el PLD, inspirando
respeto y credibilidad.
Respire
aliviada. Me duele ver tanta miseria. En mis viajes por diferentes continentes,
he visto naciones que con firmes valores, metas
y organización, han elevado el nivel de vida de la
gente. ¿Por qué no lograrlo en un país pequeño como el nuestro?. Es más
fácil. Solo necesita del
coraje y buena intención de nuestros gobernantes.
“No habrá un
peledeista que se haga rico desde el poder”, decía Bosch. Sin embargo, tras su
fallecimiento y ascenso al
poder de su partido, estos ideales se esfumaron. Los dirigentes, perdieron el
rumbo. Un grupo se hizo rápidamente millonario, superando los empresarios
tradicionalmente ricos. Fue cuestión de usar como plataforma un pueblo
analfabeto y hambriento, tomar sus recursos y saber blindarse con las altas
y pequeñas cortes.
Cuando el PLD
estaba en la oposición y sin haber saboreado las
mieles del poder, recuerdo que las herramientas
que más utilizaba eran cantaritas, alcancías, escuelitas, periodiquitos,
etc. Tras doce años en el
gobierno, la realidad es otra.
Las
escuelitas, para aprender a organizarse y actuar por buena lid, las cerraron.
Ahora hacen encuentros en centros de estudios especiales y universidades de
fundaciones.
Tenían
cantaritas, alcancías, para
pedir en las calles pero hoy son dueños, socios o altos ejecutivos bancarios.
¿Cantaritas? ¿Qué es eso? Fue solo una forma de ponerse al alcance de los
infelices y hacerle creer que escalarían juntos rumbo al progreso.
Los nuevos
millonarios comenzaron a imitar y competir con los tutumpotes, cuando se
suponía que lo enseñarían a compartir su riqueza. “Servir al partido para
servir al pueblo”. ¿Habrán terminado de servirse? ¿Cuándo le toca al pueblo?.
Tenían el
periodiquito “Vanguardia del Pueblo”, ni lo recuerdan. ¿Cómo lo van a
recordar?. Lo distribuían peledeistas que hoy son propietarios, socios o
ejercen un gran poder sobre reconocidos medios de comunicación, radio, TV,
prensa escrita.
En una ocasión,
el PLD sacó un Álbum de la Corrupción, para descalificar líderes del PRD, que a
su juicio se enriquecían desde las posiciones públicas. Fue impactante.
Aparecían fotos de las viviendas u objetos usados en el pasado y las comparaban
con las del momento, propias de
clase media.
Hoy, como no
tienen oposición, ¿Estarán preparando su propio álbum de corrupción? ¿Cuándo
saldrá?. Será un best seller. Necesitarían varios volúmenes, miles de páginas y
anexos para enumerar sus bienes. Todo es lujo. Tratan de olvidar las miserias
del pasado. A los pobres, los quieren bien lejos.
En una
oportunidad, el doctor
Balaguer recordó “No somos
suizos”, Para demostrarlo, ayudó al PLD a llegar al poder. La corrupción se ha desbordado.
Sin ningún pudor sus líderes exhiben millonarias y lujosas fundaciones,
mansiones, villas, yates, apartamentos, vehículos, etc. Se necesitan
muchos álbumes para destacarlos.
En la
intimidad, admiten que hay corrupción pero diferente.
Participan personas gentiles, modernas, globalizados acordes a los nuevos
tiempos, de grandes inversiones, que saben conceptualizar.
No son brutos
ni vulgares. Son elegantes, ilustrados. A
lo que antes llamaban corrupción, hoy le llaman “envidia política”. El término
lo usan líderes y bien incentivados comunicadores, así como abogados
internacionales, a quienes les pagan una millonada. Con estas estructuras, el
silencio cómplice y sin oposición, descansen en paz los principios de Bosch y
los álbumes de la corrupción. .!Que pena!!
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