Por Andrés Matos.
Este lunes, el grupo de Miguel Vargas pretende
continuar sus locuras y desaciertos políticos que los ha llevado, de gozar con
el apoyo del 97 por ciento de las simpatías a lo interno del PRD a hoy contar
con apenas un 8 por ciento.
El desplome de la confianza de los perredeístas en
la dirección del ingeniero Vargas tiene su explicación en el hecho de él haber
escogido al entonces Presidente Leonel Fernández como aliado por encima de los
de su partido y en violación a las normas estatutarias del
mismo.
Alianza esta que dejó sus más evidentes pruebas en la
decisión de Vargas Maldonado apoyar, en las elecciones de mayo 2012,
a Danilo
Medina y ser el factor fundamental de que el PRD no estuviera gobernando hoy.
Todo parece indicar que el objetivo fundamental de
esta aventura es la de inhabilitar, tanto a Orlando Jorge Mera, Geanilda
Vásquez, César Sánchez y Andrés Bautista en primer plano, por su rol
estatutario en la organización de la futura Convención y lograr así colocar
seguidores incondicionales suyos en sus puestos.
Es importante ver que si se aplican los Estatutos
como se debe, cualquier decisión que tomen, estarán condenadas al fracaso y se
convertirán en “boomerang” contra Vargas Maldonado.
El artículo 206 de los referidos Estatutos establece
lo siguiente: “Las decisiones de las Convenciones y de
organismos de los niveles de base, zonal, municipal, provincial y nacional, no
tendrán validez oficial si no están avaladas por la Comisión Política del CEN,
o en su defecto, por la firma del (la) Presidente (a) y del (la) Secretario (a)
General del
Partido”.
Este artículo es claro cuando deje ver que cualquier
sanción, como ha sido siempre, toda vez que la Comisión Disciplinaria es un
organismo del partido, deberá ser ratificada por otra instancia superior. Es
sabido que el ingeniero Vargas no cuenta con la mayoría de la Comisión Política
para la ratificación de la misma.
Quedaría entonces la brecha de la instancia que
formarían la Presidencia y la Secretaría General de manera Conjunta,
quizás por
eso pretendería suspender en funciones a Orlando Jorge Mera, pensando que él
personalmente supliría su falta por uno de sus acólitos. Veamos si los propios
Estatutos le permiten tal decisión.
En las páginas 39 y
40 de los mismos en su artículo 60 trata de cómo se sustituiría el o la
incumbente de la Secretaría General.
“De los subsecretarios Generales: En el
partido habrá la cantidad de cuarenta y cinco subsecretarios generales
los cuales serán electos, de la siguiente manera: treinta y cuatro
por el voto universal, por presentación de candidaturas uninominales ,
incluyendo la cuota de la mujer y los jóvenes y once elegidos por la convención
nacional de delegados”.
Atribuciones:
a) Suplir las faltas temporales del Secretario
General.
PARRAFO:” El sustituto lo designará la Comisión
Política. Cuando la ausencia sea definitiva, el Comité Ejecutivo
Nacional designará el Subsecretario General que suplirá la misma. Ambos
ejercerán esas funciones hasta completar el periodo para el cual fueron
electos”.
Como se puede observar, está también bastante claro
que, para poder conformar la instancia de la cual formaría parte el
propio Vargas
Maldonado para oficializar las sanciones necesitaría la decisión de la Comisión
Política y del Comité Ejecutivo Nacional, organismos en los cuales no tiene
mayoría el Presidente del PRD.
Por tanto, concluimos en que estas sanciones se
revertirán contra sus aspiraciones, toda vez que, aumentarán su rechazo en las
bases del partido y su espacio de salir airoso en la Convención interna se
reducirá. Estas sanciones se convertirán a Vargas y su grupo en el nuevo
“Chacumbele” del PRD
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