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LAS BASES DEL PRD


Por JUAN T H

Miguel Vargas no convoca la Comisión Política, que según los Estatutos, debe reunirse cada siete días. Es decir, todas las semanas. Miguel no reúne la Comisión Política porque no la controla.

El señor Vargas no reúne cada tres meses al Comité Ejecutivo Nacional, como mandan los estatutos, porque  no tiene mayoría para imponerse
El presidente de facto del PRD no convoca al Pleno Nacional de Dirigentes porque no los controla ni los puede manipular.

El señor Vargas no quiere una convención el año próximo, como mandan los reglamentos, porque sabe que perderá 80 a 20,  mínimo, no importa cuántos millones de pesos invierta el gobierno o Leonel, para comprar la voluntad de las bases del PRD.


(Artículo 22: “La Convención Nacional se reunirá ordinariamente cada cuatro (4) años y extraordinariamente cuando sea  convocada por el Comité Ejecutivo Nacional”).

El señor Vargas, como no controla los organismos, como pierde en todos los escenarios, como las encuestas colocan a Hipólito como favorito, trata de expulsarlo del partido aun cuando los estatutos dicen que no puede hacerlo dada su condición de ex presidente de la República.

El señor Vargas sabe que expulsar a los principales dirigentes, incluyendo a Hipólito, decreta la división y el debilitamiento del partido, con lo cual le haría un favor extraordinario al presidente del PLD que aspira a volver al poder en el 16.

Amparado en la fuerza del gobierno a través del Tribunal Superior Electoral,  Vargas ha secuestrado al PRD colocándole candado a la “Casa Nacional”, ordenando que nadie, sin su autorización expresa, pueda entrar. Ni siquiera el secretario general, la de organización, el presidente en funciones, ni los jefes de los frentes de masas.

La fuerza que le da el gobierno, que incluye no solo la parte “legal”, sino mediática, ha convertido a Vargas en un dictador, pero sin respaldo de los organismos  ni de las bases que se mantienen “pisadas” sin poder movilizarse y recuperar el partido.

“La organización del partido es de carácter democrático y está integrada por los organismos de base y de dirección…”, dicen los estatutos del PRD.

“La soberanía del Partido reside en su militancia y se ejerce a través de sus organismos”, dice. No de un hombre erigido en tirano. (El partido que nació luchando contra una dictadora, hoy está siendo víctima de un tirano dentro de su vientre).

Apoyado por el gobierno del PLD, Vargas viola sistemáticamente las leyes que deben regir la organización. En un acto sin precedentes, el TSE se negó a sí mismo atribuyéndose funciones  que la ley no le otorga, le dio aquiescencia  a lo que antes había negado, y hasta modificó los estatutos del PRD, para complacer al señor Vargas.

Los hilos que manejan al TSE y a Vargas estaban en el Palacio Nacional. Ahora están en la casa nacional del PLD a través de  Leonel Fernández.

Vargas tiene órdenes de dividir el PRD ya, bajo cualquier argumento. El TSE y demás entidades “legales” lo apoyarán. Así las cosas, procede que, dirigidos por la parte institucional verdadera, las bases tomen por la fuerza lo que por ley, justicia y razón, le pertenece: ¡El PRD! (¡Lo dije!)

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