Por BONAPARTE GAUTREAUX
PIÑEYRO
El jueves último vi una
película sobre la vida de Harry Belafonte, el cantante, compositor, introductor
de fusiones de gran éxito entre ritmos caribeños y música de Nueva Orleans. Belafonte impuso un estilo de cantar y
ritmear que se montó sobre el espinazo de los Estados Unidos en un momento en
que la discriminación racial estaba en su punto más alto en el siglo XX.
Ese fue el siglo del anticomunismo ciego y criminal manejado por el loco pervertido Edgar Hoover, quien manejó el servicio secreto interno (FBI) con un irrespeto olímpico por las leyes que, entonces como ahora, protegían la privacidad de las personas y las familias y entonces como ahora, tampoco se respetaban esas disposiciones legales.
Ese fue el siglo del anticomunismo ciego y criminal manejado por el loco pervertido Edgar Hoover, quien manejó el servicio secreto interno (FBI) con un irrespeto olímpico por las leyes que, entonces como ahora, protegían la privacidad de las personas y las familias y entonces como ahora, tampoco se respetaban esas disposiciones legales.