Por Juan T H
Hace unos días el ministro de Cultura, mi buen amigo
José Antonio Rodríguez, dijo que “sin
desarrollo cultural no puede haber desarrollo económico”. Y esa es una verdad
insoslayable, “dura y sin sombra”, como diría el poeta.
¿De qué desarrollo económico puede hablarse en un país
donde el 74% de los pobres tienen menos de 18 años y el 37% de los jóvenes ni
estudia, ni trabaja, y donde todos los que han nacido en los últimos años, más
de un millón, son pobres, según un estudio reciente dado a conocer el
economista Miguel Ceara Hatton?