Buscar



Ojo al Cristo, que es de plata

Por Bonaparte Gautreaux Piñeyro
La hija de un amigo fue a renovar su Cédula de Identificación y Electoral, le cambiaron la dirección y el lugar de votación pero le dejaron la cédula vieja. Si se puede votar con la cédula vieja y la renovada, presumo que se prepara un fraude colosal. Unas elecciones no se preparan en dos días, ni las trampas tampoco.
Para 1994 protesté por escrito, en la radio y en la televisión, antes para que no fuera designado Presidente de la Junta Central Electoral el doctor Manuel Rafael García Lizardo para organizar las elecciones.
Lo hice, porque cumpliendo órdenes del Presidente Joaquín Balaguer,  el doctor García Lizardo, aprovechó el barullo de los días navideños para libertar a un narcotraficante español, desde entonces desconfié del abogado mocano, como ya lo hacía de su jefe político.
Dado que la opinión pública sólo se le escucha después de varios muertos, muchas cabezas partidas, sangre en las calles  y algún policía muerto, no se prestó atención a esa clarinada: no dejar pasar a García Lizardo.
Dirigiría un organismo integrado  por los doctores Luis Nelson Pantaleón González y Leonardo Matos Berrido reformistas representantes de “lo que diga Balaguer” y, el doctor Pompilio Bonilla Cuevas, representante de Juan Bosch, de quien no recuerdo que se opusiera a la jugada que se preparó cuidadosamente para abortar los resultados electorales que se preveían: el triunfo del doctor José Francisco Peña Gómez, candidato presidencial del Partido Revolucionario Dominicano, como en efecto ocurrió.
Miles de electores en todo el país acudieron a los lugares de votación consignados en su Cédula de Identificación y Personal y hallaron la sorpresa de que sus nombres no aparecían en los padrones de las mesas electorales donde habían ejercido su derecho al voto una y otra vez.
Había llegado el momento de la culminación de la jugada antidemocrática y artera que trastocó las listas de votantes para enviar a muchos perredeístas a votar a lugares distantes de los acostumbrados por lo que estuvieran imposibilitados de llegar al lugar donde estaba la nueva mesa en cuyas listas  aparecían sus nombres.
Ahora se buscan bajaderos para la ineficiencia o para la maldad, se habla de que, si no hay tiempo de renovar y emitir las cédulas a todos los ciudadanos, se pueda votar con cualquiera de los documentos, el viejo y el nuevo.
Los adelantos técnicos facilitan emitir dos o más cédulas  con direcciones diferentes, a una misma persona, lo cual permitiría que ese elector sufragara en tanto sitios como cédulas tenga, ello así porque ya no hay colegios de votación cerrados

Se pudiera estar preparando un programa que permita que millares de personas voten más de una vez, lo cual cambiaría los resultados electorales debido a otra jugada sucia desde la Junta Central Electoral.  

Ojo al Cristo, que es de plata

No hay comentarios:

Publicar un comentario