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Publicado en Hoy, 09 enero, 2014
El relajo de las buenas costumbres ha
llegado tan lejos que cualquier persona, sin ningún pudor, se coloca detrás de
un árbol o de frente a una verja, una pared, se baja el cierre del pantalón y
orina sin que nadie le diga nada.
Papá siempre resaltaba la necesidad de
que el Ayuntamiento o Salud Pública colocaran cada cierto trecho letrinas
públicas para que quienes tenían un apuro pudieran resolverlo de manera decente
y privada. Recuerdo que fue en el desfile de carnaval de hace algunos años que
vi el uso público de esas instalaciones móviles.
La operación de esos mingitorios públicos
debe ser responsabilidad de Salud Pública o del Ayuntamiento, para que a un
emprendedor no pida permiso y los instale puesto sólo podrían usarlos quienes
tengan a mano una moneda de la denominación precisa para abrir la puerta.
Por supuesto, se requiere de brigadas que
higienicen esas instalaciones de manera que el vaho de los mismos no se
convierta en un nuevo problema de salud pública.
En estos días leo ¿Y tu abuela dónde
está? De Carlos Esteban Deive quien hace un interesante estudio que va más allá
de lo racial y refleja las costumbres de quienes formaron lo que hoy es la
nacionalidad dominicana.
Forma parte del ser dominicano el pudor,
el respeto a los mayores, la solidaridad, la búsqueda del pan nuestro de cada
día mediante el trabajo, el rechazo contra los asesinos, ladrones y abusadores
y el amor a la Patria que tanto luto, dolor y lágrimas ha costado
La prensa se ocupa poco de problemas
fundamentales, reseñar la sangre, el crimen y los abusos impide que se vean la
corrupción, la degradación de las buenas costumbres y el irrespeto a nuestros
valores creados a fuerza de la convivencia bajo principios tales como no robar,
no matar, no chismear, trabajar sin descanso para el bienestar de la familia.
Aparentemente el amor a la Patria se
diluye ante tantos ataques a la nacionalidad y al patriotismo. Fuera quien
fuera que enhestó una bandera haitiana sustituyendo nuestra Bandera Nacional,
fue un acto irreverente que debe ser investigado para castigar al culpable. Una
mujer vive, defeca y se burla de la Bandera Nacional sin que haya la merecida
sanción.
Y, lo último, circula en el Internet, en
You Tube, un vídeo donde se ve una mujer desnuda que defecó en la avenida
Duarte mientras se higieniza mediante el uso de un papel con el que se limpió
el trasero. Aquello se convirtió en un espectáculo que, dada la importancia de
los medios de comunicación alternativos, puede ser objeto de imitación de
aquellos a quienes no les interesa la existencia de la República Dominicana.
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