Santo Domingo.- El expresidente Hipólito Mejía aseguró que ni fenecido
líder del Partido Revolucionario Dominicano, José Francisco Peña Gómez, tuvo el
privilegio del que ahora quiere goza Miguel Vargas Maldonado, de ser proclamado
candidato presidencial de esa organización sin contar con el voto mayoritario
de las bases de la entidad política.
Entiende, bajo esa percepción, que tanto
Miguel Vargas si quiere permanecer en la presidencia del PRD, como los demás
aspirantes a cargos internos, deben someterse al cedazo de una convención.
El exmandatario dijo que está abierto a
sentarse en la mesa de la negociación para contribuir a que el partido opositor
pueda superar su actual crisis interna y que todos los perredeístas se
unifiquen en torno a lo que establecen los reglamentos.
Mejía dijo que esta de acuerdo con muchas
de las propuestas que hizo recientemente Miguel Varga a la facción él encabeza.
Sin embargo, en la candidatura
presidencial para el año 2016 se convierte en el valladar que divide las
aspiraciones de un posible acuerdo con el sector de Miguel Vargas Maldonado.
Ex el candidato del PRD afirma que esta
cansado de la crisis de su partido, pero se mantiene abierto al dialogo,
siempre y cuando las posiciones las posiciones para la escogencia de las
autoridades tiene que hacerse mediante un proceso convencional.
El expresidente Mejía se refiere a la
propuesta que hizo Miguel Vargas que el exjefe del Estado y Luis Abinader le
apoyen en una convención para que permanezca como presidente del PRD y también
sea postulado como el candidato presidencial para los comicios de 2016.
Sin embargo, Mejía y Abinader han
propuesto a Vargas que las autoridades internas del PRD, como el presidente,
secretario general y secretario de organización, sean elegidas mediante una
convención abierta y por el voto universal de todos los perredeístas.
Por igual también sugiere que la
convención se celebre el 23 de febrero venidero, organizada por una comisión
que esté representada por el 40 pro ciento de miembros que pertenezca a Vargas,
otro 40 por ciento para el grupo de Mejía-Abinader y otros 20 por ciento para
los diferentes sectores.
Este intercambio de propuestas y
contrapropuestas reabre nuevamente el debate en el PRD sobre su crisis interna
y las posibles soluciones que pudieran barajarse para allanar el camino que
conduzca a una convención consensuada.
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