"Carlos Morales Troncoso y Miguel Vargas, dos hombre de dinero , ambiciosos, sin formación política, ni intelectual, sirvieron a los propósitos del PLD (“divide y vencerás”) para de esa manera mantenerse en el poder indefinidamente".
Resulta insólito que la minoría se le haya
impuesto a la mayoría en un partido tan grande y poderoso como el
Revolucionario Dominicano. Un partido
con 75 años de historia, de luchas y sacrificios en aras de la democracia, la
libertad y la justicia a punto de desaparecer. El partido del pueblo, el
partido de la esperanza nacional, como dijera mil veces su líder José Francisco
Peña Gómez.