Por
Juan T H
Detrás
del oneroso contrato de la Barrick Gold, aprobado por el Congreso a la
velocidad del relámpago porque hubo instrucciones del presidente del partido de
gobierno, a la sazón presidente de la República y del presidente de facto del
Partido Revolucionario Dominicano, unidos por el “Pacto de las Corbatas
Azules”, hay jugosos beneficios que aún no han salido a la luz pública. ¡Y dudo
que salgan!
Dicen
las buenas lenguas que el dinero corrió como torrente inagotable de agua turbia
en el Congreso. Incluso hasta se habla de una cifra, en dólares, nada
despreciable. Esas mismas lenguas respetables aseguran que el “lobismo” en el
Palacio dejó sus frutos millonarios con los cuales se puede patrocinar una
campaña electoral a destiempo.




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