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La selva de Roberto Rosario

Julio R. Cordero, Autor
Por Julio R. Cordero
Al presidente de la Junta Central Electoral se le atribuye un Twitter diciendo que prefiere que su hija viva alejada de esta selva.
Aunque me imaginaba el significado de la palabra selva, quise constatar en el diccionario electrónico de la Real Academia de la Lengua Española, http://www.rae.es, por si acaso me perdía de algo.  Para mi sorpresa, esto fue lo que encontré:  “selva, Del lat. silva., 1.f. Terreno extenso, inculto y muy poblado de árboles; 2.f. Abundancia desordenada de algo.,3.f.Confusión, cuestión intrincada”.
Ninguna de las acepciones más arriba mencionadas se refiere a la corrupción rampante que nos corroe y no se combate; tampoco a la impunidad, ni al engavetado de expedientes de corrupción que salpican a funcionarios poderosos que se han hecho multimillonarios, en muy pocos años,  a costilla de los que pagamos impuestos; ni mucho menos a la sobrevaluación de obras que Nuria Piera y Alicia Ortega, por mencionar solo 2, cacarean semanalmente en sus respectivos programas por los canales 9 y 37 de la televisión dominicana.
El dispendio de fondos públicos, ni las constantes violaciones a la Ley General de Presupuesto, ni la falta de transparencia y de instituciones sólidas y respetadas, tampoco son mencionadas.
Antes estaba muy seguro, ahora tengo dudas de si en verdad vivimos en una selva.
Internacionalmente hubo descalificaciones al proceso, por ejemplo: para la OEA estas elecciones fueron un “desorden”; para Daniel Zobatto, Director Regional de IDEA, fueron un “retroceso” al que le faltó “calidad e integridad”; y para la Unión Interamericana de Organismos Electorales (UNIORE), estas elecciones estuvieron llenas de “inconvenientes”.
Cuando se califica el pasado proceso con esos adjetivos, realmente se está siendo benigno al  utilizar un lenguaje diplomático porque lo que hubo fue un peligroso fraude que solo benefició al gobierno y sus aliados.  De haber sido un tollo mal organizado los errores hubieran afectado a todos por igual.
A lo que no hay derecho es a malgastar más de 25 Millones de dólares en unos equipos que facilitan el conteo y declararon al ganador en pocas horas. 15 días después, todavía seguimos mal contando.
Se tiene que investigar y sancionar al responsable que ordenó la compra de estos aparatos que definitivamente no sirvieron para nada. La sociedad debe obligar a ese responsable a rendir cuentas, aunque mucho me temo que cosas como estas no pasan en esta selva.

La selva de Roberto Rosario