Garantizar el derecho de elegir y ser elegidos es innegociable.

Miguel Camacho, el autor

Por Miguel Camacho

Sin lugar a dudas la democracia tiene mecanismos que no se pueden violar. Garantizar el derecho de elegir y ser elegidos es innegociable, y lo sabe todo aquel que tenga dos dedos de frente, por más patas que se les quieran buscar al gato.

Nadie que hable a favor de la unidad puede pretender que se asuma como un deseo sincero cuando rechaza poner en manos de quienes tienen el derecho de elegir sus candidatos.
¿Miedo a participar en un proceso transparente, abierto, participativo sobre la base de posible división?
Quien así piensa no cree en la unidad.

Creo en un partido fuerte, sano, que de verdad deje atrás las lacras que nos llevaron a ver el ridículo de Miguel Vargas por no permitir que las bases del PRD se expresaran en la dirección de su predilección.
Yo no quiero ni pensar que a mi, como a los cientos de miles de dominicanos que fuimos despojados de nuestro derecho a expresarnos en las urnas en una convención libre y democrática se nos vuelva a vulnerar y a castrar lo que con tanto entusiasmo esperamos: que se oyera nuestra voz expresada en una urna.

La unidad del PRM pasa por una convención donde todos sus miembros que tengan aspiraciones tengan la oportunidad de presentarse como pre-candidatos y todos podamos votar por el de nuestras preferencias. De otra manera la frustración se apoderará de nosotros nuevamente.

Garantizar el derecho de elegir y ser elegidos es innegociable.