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LA TRAICION NO PAGA


Por JUAN T H
He visto dos encuestas recientes Ambas  colocan a Miguel Vargas con menos de un 10 % de aceptación en la base del Partido Revolucionario Dominicano. El hombre que fue escogido presidente  casi a unanimidad, hoy es rechazado por la inmensa mayoría de sus compañeros. Miguel llegó a tener un 98 %, frente a un 2 % de Hipólito. En ese momento Hipólito se encontraba en su casa de San Cristóbal, retirado de la política, jugando Domino con los escasos amigos que le quedaban. (El “nunca jamás” de la Constitución le impedía ser candidato presidencial nuevamente, al igual que a Leonel Fernández)
Pero es  Miguel, cuya torpeza política no puede ser mayor,  quien habilita electoralmente tanto a Hipólito como a Leonel cuando firma el “Pacto de las Corbatas Azules” que modifica la Constitución y elimina el “nunca jamás” para que  entren en escena sus adversarios políticos. Y pagó un precio incalculable por ese error infantil.
Hipólito entra al ruedo. Le gana la convención ampliamente. Pero Miguel no lo acepta y decide darle continuidad al “Pacto de las Corbatas Azules”.  Hace lo imposible para que el candidato de su partido no ganara las elecciones. Su odio era tan grande que no le importaron las consecuencias tanto para él, como para los cientos de miles de militantes y simpatizantes del PRD, más de dos millones, que se quedarían fuera del poder, como en efecto ocurrió.
La traición fue más que evidente. Y las encuestas lo están diciendo. Más del 80 % de los simpatizantes del PRD no le perdona la traición. Del mismo modo, más del 80 % rechaza la pretendida expulsión del PRD de Hipólito, Andrés Bautista, Orlando Jorge Mera y Geanilda Vásquez, entre otros.  Un  90 % afirma que el mandato de las autoridades del partido termina este año y que es obligatorio, por mandato de los estatutos, la convención para elegir los nuevos dirigentes.
Significa, pues, que Miguel está más solo que un perro ladrándole a la luna. Está cada vez más aislado. Sin fuerzas y sin dinero para gastar a manos llenas como anteriormente. (No podrá comprar la voluntad de las bases. Esta vez no)
Pero no quiere negociar, ni dialogar, lo cual aumentará su soledad, pues muchos de quienes lo siguen por dinero y por el interés de mantenerse como alcaldes, diputados o regidores saben que no lo lograran sin la unidad. Y además las bases están con Hipólito. Miguel no le garantiza un puesto a nadie.
Leonel Fernández no podrá continuar cargando con Miguel Vargas.  Leonel dentro de poco no podrá ni con él mismo. Y el Tribunal Superior Electoral, por muy comprometido que esté, no seguirá cargando con una cruz tan pesada sin crearle una crisis mayor al sistema de partidos.
Miguel Vargas  está a punto de quebrar económica y políticamente, a  menos que no vuelva sobre sus pasos, en un gesto de humildad, buscando la reconciliación, algo que dudo dada su tozudez proverbial.
La convención debe hacerse este año, llueva, truene o ventee. Y mientras más rápido, mejor!

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