"El látigo que Danilo dijo tener para castigar a los corruptos, aun nadie lo siente. Nadie ha recibido un solo latigazo. Ojalá no sea de seda cina".
![]() |
Juan Taveras Hernández, el autor |
Por
JUAN T H
Detrás
de cada pasquín hay un irresponsable, por demás cobarde, que mezcla verdades
con mentiras, a veces medias verdades con mentiras enteras, contra un gobierno
o contra una o más personas con el objetivo de hacer daño, defendiendo
intereses particulares o grupales.
Por
los medios de comunicación y pasillos de oficinas públicas circula un pasquín
de 23 páginas que habla de altos niveles de corrupción en el gobierno. Los
involucrados son figuras de suma confianza del presidente. El caso, por
ejemplo, de una secretaria con más de 15 años al lado del mandatario que, para no cancelarla, recibió
una licencia indefinida.
El
gobierno, a través de sus organismos de seguridad, sabe quién escribió el
pasquín. Y sabe qué sector representa dentro del oficialismo. La acción no es
casual. Digamos que es un pleito entre pájaros del mismo nido. Pero más allá de
las verdades o mentiras del pasquín, lo cierto es que el gobierno de Danilo no
parece interesado en combatir la corrupción, que el “borrón y cuenta nueva” es
un hecho, por aquello de no “mirar hacia atrás”, ni lanzarle “ladrillos al
pasado”.