La Cantera Política de la Diáspora
En cada rincón de Europa hay dominicanos y dominicanas que han convertido su amor por la patria en una forma de servicio. Son compañeros y compañeras que, con discreción y entrega, llevan años sosteniendo la bandera del partido y del país en tierra extranjera.
Mucho se habla del talento dominicano en el exterior, pero pocas veces se dimensiona la magnitud de esa cantera política que ha florecido fuera del territorio nacional. Una cantera que no nació del favor, sino del esfuerzo; no del ruido, sino de la constancia; y que hoy representa una reserva valiosa de formación, experiencia y compromiso.
Si la diáspora tuviera que presentar propuestas para posiciones de primer nivel —como ministros o viceministros—, existen hombres y mujeres con la preparación, la trayectoria, la madurez política y el liderazgo necesarios para asumir esas funciones con honor, capacidad y sentido de Estado.
Son dirigentes que se han formado desde la base, que conocen la realidad dominicana dentro y fuera de nuestras fronteras, y que han demostrado que el servicio público puede ejercerse con dignidad, transparencia y resultados.
Asimismo, si se tratara de presentar un listado de compañeros y compañeras para posiciones diplomáticas, consulares o de embajadas, la diáspora cuenta con un amplio grupo de dominicanos y dominicanas con la experiencia, la sensibilidad social y la visión institucional que tales responsabilidades exigen.
Algunos de ellos ya ocupan posiciones relevantes dentro del Estado dominicano y siguen acumulando méritos para continuar creciendo en la escala de responsabilidades. Su desempeño es prueba de que el talento formado en Europa está a la altura de cualquier desafío administrativo, político o diplomático.
En esta cantera también brillan las mujeres dominicanas del exterior, damas de temple, carácter y capacidad comprobada, que han sabido abrirse camino con esfuerzo y liderazgo. Su ejemplo es motivo de orgullo para la comunidad, y su presencia reafirma que la política con perspectiva de igualdad es también una realidad posible en la diáspora.
Este texto tiene como objetivo el reconocimiento y la reflexión.
Porque la política, cuando se hace con vocación de servicio, no tiene fronteras.
El talento dominicano en el exterior es una fuente viva de experiencia, formación y compromiso.
Y más temprano que tarde, veremos a muchos de esos hombres y mujeres —hermanos y hermanas de mil batallas— ocupar posiciones de primer nivel, como resultado natural de su entrega, su preparación y su constancia.
Y a muchos que ya hoy sirven en el Estado, los veremos seguir creciendo en la escala de responsabilidades, demostrando que el mérito y la lealtad también nacen y florecen desde la diáspora*.
Más temprano que tarde, su tiempo de reconocimiento pleno llegará.
Apelamos a la justicia de estado y partidaria.
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