Lo primero, primero. Y lo
primero es el PRM y la
Convergencia.
El Partido Revolucionario Mayoritario (PRM) ya está
debidamente estructurado en todo el territorio nacional y en el extranjero,
fundamentalmente en Estados Unidos, Puerto Rico, España y otros países de
Europa donde masivamente residen los dominicanos.
Los estatutos ya fueron elaborados, los organismos de
dirección establecidos, cuantos serán sus miembros y como operaran. De igual modo
se discutió y aprobó la plataforma ideológica que guiará sus pasos, así como
una línea opositora. Solo faltan algunos
detalles para que el nuevo parto surja de las entrañas del pueblo que le da
origen.
En este mes de septiembre el PRM podrá salir a las calles a
ganarse un espacio de primer orden en la
sociedad con propuestas claras y precisas de lo que pretende hacer desde el
poder junto con las demás fuerzas que integraran la Convergencia.
Un partido nuevo con ideas nuevas y con formas nuevas de actuar.
Un partido democrático donde los organismos funcionen, no las individualidades;
un partido disciplinado, dejando la anarquía que caracterizó al viejo y
destartalado PRD.
Lo primero, primero. Y lo primero es el PRM y la Convergencia. Fortalecer
ese instrumento de lucha y ponerlo al servicio del pueblo dominicano y sus más
sentidas reivindicaciones. Sin ese
mecanismo, sin su unidad y fortaleza, será imposible el éxito.
Hay quienes no entienden ese punto y se han lazado
frenéticamente a una campaña proselitista sin respaldo de una fuerza política
verdadera. Es ahora cuando se está creando. Aún no ha mostrado credenciales.
Ese partido, PRM, aun no es una
“marca” mercadológicamente hablando. Hay
que crearla. Y se toma tiempo. Y requiere de mucho trabajo, de unidad, de
entrega y sacrificio donde prime el
interés de las mayorías de llegar al poder, porque más allá de esta o aquella
candidatura, está la necesidad de sacar el gangsterismo del gobierno del PLD.
Las candidaturas se decidirán y se elegirán luego en
convenciones democráticas, donde, el que ganó, ganó, y el que perdió, perdió.
No tengo dudas de que Hipólito se presentará como aspirante
a la nominación presidencial del PRM. Y creo que la gente de ese partido lo
escogerá candidato presidencial.
Pero no el ex presidente no está obsesionado. Si pierde la
convención lo acepta y trabajará como el que más para ganar. Si gana, espera lo mismo de los que pierdan.
Así actúan los verdaderos demócratas.
No dice que “yo o que entre el mar”. Ni quiere imponerse a
la fuerza, ni amenaza con divisiones. No. Jamás. Que sea la gente la que decida
en una convención. ¿Tiene eso algo de malo en un partido plural, amplio,
democrático que alguien dentro de sus derechos aspire a un cargo electivo? No
debe, ni puede ser.
Pero por lo que he leído y visto, existe un gran
nerviosismo. Y hasta temor ante una eventual aspiración de Hipólito. Y no veo
razones porque mientras Luís tiene dos años en campaña y sus encuestas lo dan
como favorito, Hipólito aun no sale a las calles y no ha colocado un solo
afiche, ni una valla en la entrada o salida de ningún pueblo. ¡Qué no cunda el
pánico!
Sigamos trabajando todos por la consolidación del PRM y la
fortaleza de la
Convergencia sin olvidar que “el todo es más importante que
cualquiera de sus partes”. Es decir, el país es más importante que la
candidatura de Hipólito, de Luís, de Geanilda o de cualquier otro dirigente.
¿Estamos claros?
En ese sentido, aunque mi candidato es Hipólito, a lo que
tengo derecho, apoyaría a Luís con todas mis fuerzas si gana la convención para
que sea presidente de la
República.
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