Por Bonaparte Gautreaux Piñeyro
Gastón Deligne escribió: “Que linda en el tope estás/Dominicana Bandera/Quien te
viera, quien te viera/Más arriba, mucho más.
Fabio Fiallo,
preso por los norteamericanos en 1916 escribió: “Si los yanquis no se han
ido/cuando me toque expirar/haced mi tumba en un monte/que ellos no puedan
pisar/y ponerme por mortaja/la bandera nacional/quien sabe si un fuerte puño/la
venga allí a buscar/para desplegarla al grito/de Dios, Patria y Libertad”.
Ramón Emilio
Jiménez escribió un Himno a la
Bandera que con música de Juan
Francisco García cantábamos:
“Ya empezó su
trabajo la escuela/y es preciso elevarse a lo azul/relicario de viejos
amores/mientras reine la mágica luz/¡Nos sentimos arder a tu influjo/la luz
viva de un fuego interior/cuando flotas alegre, besada/por los cálidos rayos
del sol!/¡Dios¡, parece decir, ¡oh bandera¡/la sublime expresión de tu
azul;/¡Patria¡, el rojo de vivida llama;/¡Libertad¡, dice el blanco en la
cruz./Mientras haya una Escuela que cante/tu grandeza bandera de amor,/flotarás
con el alma de Duarte/vivirás con el alma de Dios”.
Del portal del
Ministerio de Educación copio este himno el nombre de cuyo autor no es
consignado: Himno Juramento a la
Bandera : “¿Jura ser fiel al pabellón
cruzado?/¡Juramos/Juremos todos/a la Bandera Nacional /eterno
amor y libertad/eterno amor/eterno amor y libertad/Bandera Santa/que al asta
sube/llena de gloria sin igual/con cuanto gozo/ansiamos verte/siempre más alta
ondear, ondear/Con tu cruz bendecida/que te sirve de amparo/que pronto nos
depara siempre valor/Y tu azul sea el/dulce emblema de/nuestro purísimo
amor./Juremos todos/a la bandera nacional/eterno amor y libertad/eterno
amor/eterno amor y libertad”.
De las inmortales
notas del Himno Nacional extraigo estas estrofas: “Que si dolo y ardid la
expusieron/
de un intruso señor al desdén/A Las Carreras ! a Beler!/campos fueron que
cubiertos de gloria se ven./Que en la cima de heroíco baluarte/de los libres el
verbo encarnó/Donde el genio de Sánchez
y Duarte a ser libre o morir enseñó/Y si pudo inconsulto caudillo/De esas
glorias el brillo empañar/De la guerra se vio en Capotillo/La bandera de fuego
ondear”.
Esos poemas
iluminaron la infancia de generaciones, alimentaron el aprendizaje del amor a
la libertad, impusieron respeto a la herencia de Duarte, Sánchez, Mella,
Luperón, Vicentico Evangelista, héroe seibano de la resistencia al invasor
yanqui de 1916, esas imágenes llenas de sentido por el respeto a la
nacionalidad, a los derechos humanos, a la constitucionalidad, poblaron la
imaginación de los niños de entonces quienes más tarde enfrentamos la
intervención de 1965.
Ya la escuela no
canta para enseñar el amor a la
Patria , Ahora cuando un grupo de extranjeros tira la Bandera al suelo y le hace
musarañas, todo se queda en un escarceo de notas de prensa y débiles
declaraciones lastimeras.
Y que sigan la
bachata, la salsa, los juegos de pelota de las Mayores y las “canciones” de
“Los Rosario”.
Bonaparte Gautreaux P.
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