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¿Servir al pueblo? Proteger los prevaricadores.

Por Bonaparte Gautreaux Piñeyro, el autor.
Cuentan que  a finales de 1996 o en los primeros meses de 1997, en una reunión sostenida por Leonel Fernández y la gavilla que lo acompaña en el saqueo del país,  acordaron acumular un buen botín al amparo del poder, para poder continuar en la actividad pública. El grupo entiende que la política se hace con dinero (que entonces no tenían) y decidieron acopiar riquezas para lograr su objetivo de avasallar el país.

Para la primera  acumulación de dinero, los muchachos de Juan Bosch, se dedicaron a tiempo completo  a la extorsión,  tráfico de influencias,  introducción de contrabandos,  negociar permisos de importación de alimentos,  recibir coimas en las compras que realizaron para el Estado y a toda suerte de actividad que les permitiera estar forrados en dinero para trabajar política.
Ello explica que en el período 2000-2004.ninguno de los cómplices de Leonel, trabajara en otra actividad que no fuese la política
Actuando sin ningún pudor, tan pronto como  Leonel Fernández y su gente,  volvió al poder en el 2004, reinició la carrera hacia el enriquecimiento ilegal, inmoral, inhumano, usando para si los dineros que debían ser invertidos para el desarrollo del país y la mejoría de las condiciones de vida del pueblo dominicano.  
Jamás en la historia nacional hubo un grupo tan descarado que dispusiera a las claras de los recursos del poder para  acumular capitales.
Leonel y su grupo se valieron de cualquier acción dolosa que incluyó el uso de militares y policías, el empleo de jueces venales sin distinción de niveles, la compra de conciencias, la compra de votos y voluntades, un déficit monstruoso, acumulado mediante la violación de la ley del presupuesto, en un país donde la impunidad es amparada por la acción de los tribunales.
Lo peor del caso es que sin ser graciosos, sin tener la inteligencia ni las habilidades de los bufones, cometen el descaro de ser burlones.
Niza Campos publicó en Diario Libre los montos de las fortunas de muchos miembros del club de Ali Babá.
Ahora tienen los timbales de usar el Senado para “investigar” el origen de la “fortuna” de Félix Bautista, para lo cual usarán una institución básica de la democracia para apañar vagabunderías. A nadie le cabe duda de que el Senado aceptará como buenas y válidas las informaciones de este Creso dominicano que, como su amo Leonel Fernández, heredaron sus fortunas del Estado. ¡Cosas veredes!

Esa gavilla de asaltantes emplea el poder para beneficio personal y familiar y ampara a sus iguales  porque sabe que el largo brazo de la justicia y el inexorable paso del tiempo permitirá, mejor temprano que tarde, que uno por uno sean enviados a la cárcel a expiar sus pecados

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