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"Que no llegue Alejandro"

Por Bonaparte Gautreaux Piñeyro.
La guerra continuaba mientras las partes negociaban en París, en busca de solucionar al conflicto armado provocado por la invasión norteamericana a Vietnam.
Largas y dificultosas negociaciones hasta que finalmente el tren de la guerra fue detenido al final del túnel y comenzó una nueva era de relaciones entre naciones que habían teñido de sangre las selvas y los llanos de Vietnam.
El mundo estuvo pendiente de esa guerra y de las negociaciones, dado que la misma provocó una situación de desobediencia civil, en los Estados Unidos, por parte de grupos defensores de los derechos humanos y anti guerreristas.

La guerra de El Salvador terminó con una negociación, luego de 10 años de enfrentamientos que produjeron toda suerte de barbaridades, asesinatos de monjas, eliminación de poblados.
Actualmente las guerrillas de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y su gobierno, mantienen conversaciones en busca de la paz, en La Habana, a fin de poner término a un conflicto que ha desangrado aquel país durante décadas. Los estancamientos, retrocesos y avances de esas negociaciones son seguidos por los amantes de la paz y la democracia.
En Siria se gestiona un entendimiento entre las fuerzas que participan en una guerra civil  que amenaza con extenderse más allá de sus fronteras, lo cual pone en peligro la paz de la región y el equilibrio político mundial en el medio oriente.
Los enfrentamientos entre los países occidentales, Rusia y China, durante la llamada guerra fría, se resolvieron sin que hubiera una guerra frontal entre esas naciones.
El diálogo es la mejor forma de entenderse. Hablar es una forma de entendimiento, de comunicación, de intercambio de ideas, posiciones, aspiraciones, es un modo de exponer, de discutir, las diferencias.
El diálogo es una vía que debe conducir a la armonía entre partes, cuando las mismas tienen claras sus posiciones y saben que el entendimiento sólo se producirá  cuando los adversarios tienen el interés común de arribar a soluciones conjuntas para beneficio mutuo.
Al diálogo se va con el conocimiento y el convencimiento de que si una de las partes mantiene posiciones rígidas que afectan el entendimiento entre ellas, de nada vale conversar puesto que sería un ejercicio de vaivén que sólo se disfruta cuando se está sobre un subibaja.
La política, también es el ejercicio de lo posible, un campo en el cual hay que estar muy claro sobre a quién benefician acciones, palabras, posiciones.
Cuando se conocen los planteamientos de las partes es fácil determinar qué se persigue, a quién benefician los mismos.

Ojalá que el Partido Revolucionario Dominicano se libre de un Alejandro que corte el nudo gordiano; eso no  le conviene a su militancia.

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