Extirpar al PLD del interior del PRD es vital para el futuro del partido, y construir un PRD fuerte y unido, que se convierta en opción de poder para 2016.
Por Orlando Jorge Mera
La crisis que vive el PRD desde las
elecciones de mayo de 2012 no nació en ese proceso. Se generó en los procesos
anteriores de 2008 y 2010, cuando desafortunadamente el PLD comenzó su
estrategia de intervenir en los asuntos internos del PRD, lo cual se
intensificó y llegó a niveles, nunca antes vistos, en el pasado proceso electoral.
Hasta entonces, las diferencias generadas
por la lucha de tendencias y de grupos en el PRD, como sucedió en la década de
los ochenta y de los noventa, fueron superadas precisamente por el hecho de que
los actores de esos eventos no estaban motivados por fuerzas políticas
extrañas, sino por convicciones ideológicas y partidarias. Era otra época, muy
diferente a la de hoy.